No fue la violencia, sino un infarto. Un ataque al corazón acabó con la vida de uno de las narcos más temidos de México, Héctor Beltrán Leyva.
El parte oficial da cuenta de que Beltrán Leyva sufrió un fuerte dolor en el pecho en la cárcel de máxima seguridad del altiplano, donde estaba recluido.
La primera atención la recibió en el recinto carcelario, pero pese a los intentos de reanimación tuvo que ser trasladado a un hospital de Toluca, donde falleció poco después.
El narcotraficante estaba recluido desde 2016. Fue acusado de múltiples delitos.
Estados Unidos lo buscaba por tráfico de cocaína, marihuana, heroína y metanfetaminas. Incluso ofrecía una recompensa por él de 5 millones de dólares. México prometía 30 millones de pesos.
Te puede interesar: Sobornos hechos a Los Pinos afloran en juicio a El Chapo
El capo era líder del Cartel de los Beltrán Leyva. Y en su fase más violenta dio de baja a rivales directos como los del Cartel de Sinaloa para ganar más terreno en el tráfico de estupefacientes.
Apodado “El Ingeniero” por la forma meticulosa con la que dirigía sus operaciones llegó a convertirse en uno de los criminales más buscados del mundo.
¿Amigo o enemigo de “El Chapo”?
Según declaración de un testigo ante la Procuraduría General de México, “El Ingeniero” y uno de sus hermanos, fueron los que apalancaron a Joaquín “El Chapo” Guzmán en el tráfico de drogas cuando éste daba sus primeros pasos en el crimen organizado.
Presuntamente son primos lejanos. Ambos nacieron en la misma zona: Badiraguato, una región montañosa de Sinaloa.
Hasta el año 2008 habían sido aliados, pero los Beltrán Leyva acusaron a “El Chapo” de haber entregado a uno de sus hermanos a las autoridades.
Ese año mataron a un hijo de Joaquín Guzmán, hecho que se atribuyó a “El Ingeniero”, que ahora había conseguido otro alias: “La Muerte”.
Pocos días después autoridades abatieron y capturaron a otros dos hermanos de Héctor Beltrán Leyva.
La última vez que “El Ingeniero” vio la libertad estaba comiendo en un restaurante en Guanajuato en 2014. Solo lo acompañaba un guardaespaldas. Las fuerzas policiales lo trasladaron tras las rejas.
Luis O. Castillo.