Ismael “El Mayo” Zambada sería el verdadero jefe del Cartel de Sinaloa y quién está detrás de sobornos hechos a Los Pinos, sede de la Presidencia de México, para evitar su captura.
Con este giro inesperado inició el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, proceso que se lleva a cabo en Nueva York.
La estrategia de Jeffrey Lichtman, abogado defensor del sindicado, tuvo en los medios sociales una inmediata reacción.
El expresidente mexicano Felipe Calderón sintiéndose aludido, tuiteó que esas acusaciones eran “absolutamente falsas y temerarias”.
Por su lado, en torno a las afirmaciones sobre los sobornos, el portavoz del presidente Enrique Peña Nieto las calificó de “falsas y difamatorias”.
Los planes de la defensa de “El Chapo” trazan como ruta intentar demostrar que el “jefe del Sinaloa” es Ismael “El Mayo” Zambada.
La Fiscalía acudió a la narrativa para dibujar en la mente del jurado quién es Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Los acusadores dijeron que “El Chapo” comenzó su carrera en un modesto negocio de venta de marihuana en México.
Los hombres de justicia relataron como de menos a más se convirtió en el dirigente de una operación de contrabando manchada de sangre.
Además acusaron a Guzmán de destinar buena parte de su fortuna a los sobornos.
El fiscal adjunto Adam Fels durante el proceso se empeñó en dejar clara una cosa: Guzmán pagaba al ejército y a la policía de México y para financiar la adquisición de fusiles, lanzagranadas y explosivos para participar en una “guerra sangrienta tras otra”.
Con ansias de controlar el mercado, “El Chapo” “envió asesinos a eliminar a la competencia” y “emprendió guerras contra sus viejos socios… incluidos sus primos”.
En torno a los sobornos a los mandatarios mexicanos no se ahondó mucho, sin embargo es una trama que buscará salida.
De acuerdo a la Fiscalía “El Chapo” es un temerario criminal que llegó a recibir de 10 a 15 aviones “llenos de cocaína” provenientes de Colombia.
Para sus operaciones usó pistas de aterrizaje en México para llevar la carga a ciudades como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, señaló Fels.
Con estos datos tanto la defensa como los acusadores están dando peso a la “pasiva participación” del Estado mexicano en el narcotráfico.
Gustavo Rízquez.