Hace poco el humilde estudiante Jonathan Walker de una escuela secundaria de Panama City, situada al noroeste de Florida, elaboró un asombroso dispositivo con una tubería plástica y una manguera de secadora.
El ingenioso adolescente dejó boquiabierto a sus profesores. Inventó un filtro que se acoplaba a los tubos de escape de los autos para convertir en oxígeno las contaminantes emisiones de dióxido de carbono.
Su proyecto le valió el reconocimiento de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA). Ahora Jonathan en su último año de la secundaria en la Rutherford Senior High le sobran pretendientes.
Solicitó plaza para estudiar en 27 universidades y en todas lo aceptaron con los ojos cerrados. Además, el genio en potencia recibió hasta cuatro millones de dólares en becas, según un reporte de la cadena News18.
Te puede interesar:Universidades no consiguen terapeutas para el creciente número de estudiantes en crisis
Las prestigiosas universidades de Harvard, Stanford, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Pensilvania lo desean tener en sus filas cuanto antes.
“Fue simplemente una sorpresa ver que estaban interesados en mí y que querían que asistiera a su institución”, dijo el joven en una entrevista concedida a Linsey Davis de ABC News del programa Good Morning America.
Por ahora Jonathan de 18 años valora por cual institución decidirse. Dijo que pretende encaminar sus inquietudes en la ingeniería para elaborar dispositivos que ayuden a las personas necesitadas.
Te puede interesar:Estudiantes extranjeros podrían dejar EE.UU. si universidades siguen modalidad online
El personal de la escuela lo considera todo un “cerebrito” que ha elaborado dispositivos de ayuda para ciegos y sordos.