Mia Khalifa es libanesa y se hizo conocida en el mundo tras protagonizar varios videos sexuales con la hijab puesta. Recibió serias amenazas de muerte, pero aún no logró que eliminen los videos, por lo que sigue apareciendo como estrella porno en los sitios más vistos del mundo. Una campaña para apoyarla ya juntó casi 1 millón y medio de adhesiones. Ahora quiere cambiar su vida, está casada y quiere convertirse en periodista deportiva sin estigmatizaciones de su pasado.
La semana pasada, no sólo su nombre era tendencia, también un hashtag: «#JusticiaParaMia», en español y en inglés. A pesar de trabajar en la industria pornográfica solo tres meses, solo se le recuerda por eso.
Detrás del pedido de justicia hay una petición que ya tiene casi un millón y medio de firmas en la plataforma Change.org que busca apoyar a la joven para que varios gigantes de la industria eliminen sus videos y no permitan que los usuarios vuelvan a subirlos. Khalifa dijo que nadie la obligó a hacerlos pero que siempre se sintió manipulada, intimidada, presionada y asustada.
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«El infame video de la hijab ha significado amenazas de muerte del ISIS, que han apuntado contra Mia desde el lanzamiento, en 2014, hasta hoy. Mia asiste a terapia de manera constante por el trauma, el distrés que le causó y las consecuencias del bullying», señaló la petición. Según la misma publicación, sólo recibió 12.000 dólares por los videos.
Actualmente, vive en Estados Unidos y estudió Historia en la Universidad de Texas.
I’ve never spoken about this because I was made to feel as though I couldn’t tell my story without being derided by the general public.
I feel safe now, and I also feel the need to unload some things that have haunted me during my brief stint in the industry.
— Mia K. (@miakhalifa) June 24, 2020