Tras la culminación de la temporada de lluvias el pasado 15 de octubre, el nivel de las aguas del Lago Okeechobee presenta un déficit de más de seis pulgadas, situación que despierta preocupación ante una posible nueva sequía en el sur de la Florida.
El gobernador Ron DeSantis ha comentado que “el lago está por debajo de sus niveles normales”, y advirtió que “debemos vigilar la situación” lo que significaría la puesta en marcha de un plan de ahorro del preciado líquido y comenzar a instar a la población a “consumir lo necesario”.
Según un informe publicado por el diario The Palm Beach Post, el nivel del agua del lago marca 2.15 pies por debajo de su cota normal, y podría descender durante el otoño y el invierno.
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El equipo de ingenieros decidió “cerrar las compuertas que expulsan los excesos” al río Caloosahatchee para combatir la entrada de agua salada del mar, según declaró el coronel Andrew Kelly, que atiende el distrito estatal del lago. “Vamos a aguantar esta situación hasta que podamos”, señaló.
El Lago Okeechobee abastece de agua a unas 10 millones de personas en el sur del estado y además provee la agricultura de la región. Su escasez podría afectar la producción agrícola y los precios de las hortalizas y frutas cosechadas en el área se incrementarían.
“Tras notar una cantidad de lluvia menor, no creo que haya mejoría en los próximos meses”, declaró el director ejecutivo del distrito de aguas en Lake Worth, Tommy Strowd, quien manifestó la necesidad de contar con un nivel de 15.5 pies al entrar en otoño e invierno.