Los nombres de 360 personas que han muerto por armas de fuego, como consecuencia de la violencia intrafamiliar y por brutalidad policial en Estados Unidos, sirvieron para la creación de una obra que se exhibe en las paredes de un centro cultural del barrio de Winwood de Miami.
La artista Chire Regans, conocida como VantaBlack, es la artífice de la obra “Say their names, digan sus nombres”, que constituye su nuevo proyecto artístico. Desde hace cuatro años la creadora de 41 años ha dedicado su obra a promover un cambio social en torno a las armas de fuego.
“Pienso en todas las personas que los quisieron (a los fallecidos trágicamente). Pienso en sus historias que dejaron huella y en lo esencial que se les recuerde públicamente, que recuerden sus nombres”, dijo la artista afroamericana en una entrevista concedida a la agencia de noticias EFE.
VantaBlack emprendió su obra en 2016 pintando los retratos de 200 víctimas. “Cuando se corrió la voz sobre la exposición que hice con los retratos, mucha gente se comunicó conmigo para que hiciera retratos de sus familiares que habían muerto por armas de fuego o brutalidad policial. Sentí entonces la necesidad de crear algo que se pudiera explicar por sí mismo”, acotó.
Esa fue el génesis del mural que hoy se exhibe en Winwood. “Creo firmemente en el poder de las palabras y estoy convencida de que el nombre de las personas (muertas) tienen una parte de la fuerza de ellas. Leer sus nombres, decirlos en voz alta, es mantener vivas sus historias”.
Esta creadora, que es profesoras asociada del Pérez Art Museum de Miami (PAMM), considera que “Say their names, digan sus nombres” forma parte de su compromiso personal y como artista.
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Tres de los cientos de nombres escritos con pintura blanca sobre la superficie negra del muro, representan el dolor y la tristeza que las armas de fuego le han provocado en forma directa a VantaBlack. Su primer novio es uno, quien fue asesinado cuando iba camino a verla. Los otros dos eran familiares muy cercanos, comenta la artista.
“Revivo el dolor de perderlos cada vez que alguien me cuenta su historia. Cada vez que sumo un nombre al documento que tengo y en el que registro los nombres (de las víctimas), qué les sucedió y quiénes eran sus seres queridos”.
En el muro Winwood están impresos los nombres de los 17 estudiantes y profesores asesinados en la ciudad de Parkland. También están los de las víctimas de casos de brutalidad policial ocurridos en los últimos años como Trayvon Martin, Breonna Taylor y George Floyd cuya muerte en Minnesota desató una oleada de intensas protestas impulsadas por el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan).
“Las últimas semanas han sido particularmente duras porque la gente ha escuchado más sobre el mural y cada vez me llegan más historias. A veces me da la sensación de que para poderlos honrar a todos necesitaría once paredes de una cuadra para poder incluirlos a todos”, comentó.