Las autoridades de una comunidad de la costa de New Jersey se vieron obligados a activar un toque de queda el sábado en la noche luego de los disturbios surgidos durante una gigantesca “fiesta pop-up” impulsada por las redes sociales en el Pier Village de Long Branch.
El Director de Seguridad Pública de Long Branch, Domingos Saldida informó que once adultos y cinco jóvenes fueron arrestados como resultado de las peleas que se produjeron durante la fiesta.
De acuerdo a nj.com, un vehículo de la policía fue vandalilzado, pero no se informó de otras lesiones o daños materiales importantes, dijeron las autoridades. El presunto responsable del coche de policía fue detenido tres horas después.
El toque de queda se extendió desde las 9 de la noche hasta las 5 de la mañana. Durante ese tiempo nadie podía estar presente o desplazarse en ninguna calle o lugar público.
A social media flyer calling for a ‘pop-up party’ on Saturday resulted in thousands of people converging in Long Branch, creating a public safety emergency that resulted in a 9 p.m. curfew imposed by the city, Acting MCPO Prosecutor Lori Linskey announced.https://t.co/iopaMyP1cm
— Monmouth County Prosecutor (@MonCoProsecutor) May 22, 2022
La convocatoria a la fiesta fue respondida por la multitudinaria asistencia de jóvenes. “No había permisos para (esta reunión)”, dijo Saldida. “No fue autorizado por la ciudad de ninguna manera. Es algo que la gente ha estado haciendo en todo el país y que la gente ha estado haciendo aquí en New Jersey, donde simplemente aparecen y se apoderan de los espacios públicos y causan un disturbio público.”
También te puede interesar: “Don´t say gay” también en New Jersey
El abogado de la ciudad, Lou Rainone, dijo que no podía estimar el tamaño de la multitud, pero que había crecido hasta el punto en que las autoridades creían que era necesario dispersarla.
Fuera de control
Al intentar controlar la multitud la situación se salió de control y se desplegaron oficiales con cascos y escudos portadores. Las tensiones aumentaron cuando la policía usó humo “en respuesta a las peleas que tenían lugar y al lanzamiento de botellas y piedras donde la multitud no se dispersaba”, dijo el fiscal del condado.
El gobernador Phil Murphy se refirió a los incidentes generados por la fiesta lamentando las consecuencias para los establecimientos del lugar. “Todos tuvieron que cerrar. Eso es algo inaceptable. Pagaron un gran precio”.