Las aulas de las escuelas que se suponen espacios seguros se han convertido en un dolor de cabeza para los padres de Florida debido a la presencia de letales armas de fuego.
Los ciudadanos floridanos aún recuerdan la masacre del Día de San Valentín, ocurrida el 14 de febrero de 2018 en una escuela secundaria de Parkland que dejó a 17 personas muertas. La violenta tragedia marcó un antes y un después.
Desde entonces los distritos escolares comenzaron a adoptar iniciativas para controlar la violencia. Se crearon nuevos departamentos de seguridad, se aseguró que cada escuela tuviese un único punto de entrada para limitar el ingreso de extraños y se colocaron nuevas cámaras de vigilancia.
Sin embargo, las medidas lucen insuficientes. Hace algunos días un niño de apenas 7 años fue detenido en una escuela de la ciudad de Fort Lauderdale porque llevaba en su mochila una pistola.
El condado de Broward acaba de anunciar a través de un mensaje de video dirigido a los padres y tutores que comenzarán a utilizarse detectores de metal en las escuelas públicas.
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El superintendente, Vickie Cartwright, dijo que las evaluaciones serán aleatorias y estarán a cargo de un personal de seguridad capacitado. “Las escuelas y las aulas se identifican aleatoriamente mediante una herramienta computarizada, lo que elimina cualquier sesgo en el proceso de selección. La evaluación incluye a todos los estudiantes en un salón de clases seleccionado y sus pertenencias”, comentó.
La decisión del condado de Broward llega luego de que la Junta Escolar desde el pasado mes de enero analizara la problemática. Lori Alhadeff, miembro de la junta escolar y madre de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas donde ocurrió la fatídica masacre del Día de San Valentín, dijo que si bien sabe que la política no pudo haber evitado el ataque mortal donde su hija resultó asesinada, es una buena herramienta para el distrito.
“Tenemos que encontrar una manera de evitar que las pistolas y las armas ingresen a nuestras escuelas. Como padre, como madre de dos niños en nuestras escuelas, definitivamente agrega una capa de consuelo saber que vamos a estar explorando y revisando para asegurarnos de que no haya armas en las mochilas de los niños o sobre ellos y esta es una capa de protección para hacer que nuestras escuelas sean más seguras”, apuntó Alhadeff.
Negativa acarrea cargos penales
Debbi Hixon, miembro de la Junta Escolar, cuyo esposo fue asesinado en el recordado tiroteo, también respalda la medida. “Es un impedimento para que alguien sepa que existe la posibilidad de que lo atrapen”, expresó.
La normativa acordada por el condado refiere que cualquier persona que se niegue a someterse a una búsqueda estará sujeta a medidas disciplinarias y podrá ser expulsada del campus. Además, el estudiante que se niegue podrá enfrentar cargos penales.
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“El objetivo es garantizar entornos de aprendizaje más seguros al detectar armas y otros objetos peligrosos en nuestros campus y, en última instancia, disuadir a los estudiantes de traer estos artículos a la escuela”, comentó el superintendente Cartwright.
El condado insta a los padres a hablar con sus hijos sobre las consecuencias de portar armas de fuego en las escuelas.