El pasado fin de semana nos guarda un ejemplo. No hubo docenas de helicópteros de los mass media haciendo cobertura. En Filadelfia ocho personas fueron baleadas y trasladadas al hospital durante la noche del viernes, con siete tiroteos más y cuatro homicidios, hasta el sábado por la mañana.
La crónica diaria narra historias de calles ensangrentadas en Hunting Park, Kensington, Kingsessing. Prácticamente la mayoría de las zonas urbanas filadelfianas “desatendidas” es escenario de una pertinaz violencia armada donde las tasas de homicidio a menudo llegan a ser 10 veces más altas que el promedio nacional.
Un interesante punto de vista sobre el tema de la violencia armada urbana ha sido ofrecido a través de los medios digitales por el comunicador Glenn Ellis, un especialista en ética médica, investigador, conferencista y presidente de Strategies for Well-Being, LLC, una consultora global que se especializa en educación para la salud, equidad, disparidades, defensa, políticas y comunicación.
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De acuerdo a su opinión la violencia armada en las comunidades urbanas es una parte masiva de la epidemia de violencia armada en nuestro país, pero hemos llegado a un punto en el que con demasiada frecuencia se pasa por alto en el debate más amplio sobre la violencia armada, que a menudo se centra, al menos en la prensa, en los tiroteos masivos.
No es un solo problema
Glenn Ellis, quien es educador y escritor de salud y bienestar, precisa que como nación estamos hablando erróneamente de la violencia armada en Estados Unidos como si se tratara de un solo problema. “Pero en realidad son al menos cuatro diferentes: suicidios, violencia urbana con armas de fuego, violencia doméstica y tiroteos masivos. Los suicidios son la mayoría de las casi 40 mil muertes por armas de fuego en los Estados Unidos en 2017. Pero la violencia urbana es la segunda categoría más grande, y constituye la mayoría de los 14 mil homicidios con armas de fuego de ese mismo año.
Más de 1 mil 600 personas murieron en Pensilvania por heridas de bala en 2017, “y dondequiera que se lea esta columna en cualquier área urbana, estoy bastante seguro de que el mismo impacto de la violencia armada se siente en su comunidad”, dijo el analista.
Números interesantes
El escritor acudió para argumentar su punto a datos registrados por Giffords Law Center. “En ninguna parte es más evidente la crisis de la violencia armada que en nuestras comunidades urbanas desatendidas, donde las tasas de homicidio a menudo llegan a ser 10 veces más altas que el promedio nacional”.
Los jóvenes negros son especialmente vulnerables: la probabilidad de que una familia negra estadounidense pierda a un hijo a causa de una bala es un 62% mayor que la de perderlo en un accidente automovilístico. De hecho, los hombres negros representan sólo el 6% de la población de EE.UU., pero representan el 51% de todas las víctimas de homicidio”.
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Giffords Law Center trabaja a nivel local, estatal y nacional proporcionando asistencia técnica, sin costo alguno, a legisladores, abogados, profesionales del derecho, agentes del orden público y ciudadanos que buscan hacer que sus comunidades estén más seguras contra la violencia armada.