Canadá y Uruguay han unido fuerzas para establecer el primer laboratorio farmacéutico a base de cannabis sativa en suelo charrúa, con miras a la distribución de subproductos en Suramérica, Centroamérica y México.
La estructura empresarial está centrada en la elaboración de aceite de cannabidiol (CBD) con la intención de ser utilizado por distintas vías de administración, como cápsulas, cremas, parches y aerosoles.
Desde luego la poderosa empresa norteamericana Aurora está detrás de todo este negocio, un consorcio que junto con Canopi, representa “el músculo más poderoso” de la farmacéutica a base de marihuana en el ámbito mundial.
Se trató de un acto protocolar donde estuvo presente Tabaré Vázquez, el presidente de Uruguay, quien además dio un paseo para conocer el interior del laboratorio.
El laboratorio de Aurora está corporativamente administrado por International Cannabis Corporation (ICC LAB), empresa que la semana pasada fue absorbida por Aurora Cannabis y opera en el departamento de Canelones al sur de Uruguay.
Alejandro Antalich, el principal ejecutivo de la junta Uruguaya-canadiense, declaró que el laboratorio tiene la “capacidad de producción para abastecer a casi todo el continente suramericano”.
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“Por mucho tiempo el Uruguay fue conocido como la Suiza de América, creo que hoy, de la mano de Aurora, y teniendo en cuenta que estamos creando una nueva industria en Uruguay, tenemos la posibilidad de que vuelva a ser conocido como la Suiza de América”, añadió el experto.
Antalich señaló que en la empresa uruguaya con capital mixto se ha invertido inicialmente 20 millones de dólares.
Doce millones de dólares se destinaron al laboratorio inaugurado que dispone de equipamiento de última generación importado de Italia y Canadá, entre otros países.
“Lo más importante para la compañía siempre fue poder lograr integrar verticalmente toda la matriz productiva en Uruguay, lo que nos permite acceder a costos de producción muy bajos y nos convierte en un actor muy competitivo a nivel mundial”, dijo Antalich.
El próximo desafío es construir un “megainvernadero” de más de 90 mil metros cuadrados en Uruguay, que se sumará al invernadero de 216 hectáreas que tiene en el departamento de Flores (centro) y al de 41 hectáreas que está en Canelones.
Antalich explicó a la prensa que el laboratorio primero creará aceite de cannabidiol (CBD) -componente no psicoactivo de la planta del canabbis-, pero después también confeccionarán distintas vías de administración, como cápsulas, cremas, parches y aerosoles.
Asimismo, relató que en el laboratorio también habrá un equipo encargado de investigar sobre las propiedades de las medicinas derivadas del cannabis y que crearán una fundación para capacitar a todos los profesionales médicos de Uruguay sobre los beneficios de sus productos.