El Departamento de Estado confirmó que Estados Unidos eliminará la asistencia al Triángulo del Norte, nombre con el que se le conoce al territorio conformado por los países centroamericanos de El Salvador, Guatemala y Honduras, después de que el presidente Donald Trump dijera que esas naciones habían “establecido” caravanas de migrantes para ingresar a territorio estadounidense.
El Gobierno precisó en un comunicado que suspenderá los pagos de 2017 y 2018 a esas tres naciones centroamericanas que son el origen de la mayoría de los migrantes que han marchado en caravanas a través de México hasta la frontera con Estados Unidos.
Expertos consideran que cortar la ayuda económica probablemente aumentará el número de migrantes que salen de esos tres países y se dirigen a Estados Unidos.
“El recorte de la ayuda podría empeorar las circunstancias para las familias que huyen de la violencia y los conflictos. Las asociaciones de ayuda estadounidenses en estos lugares están trabajando para abordar las causas fundamentales de la violencia en Honduras, Guatemala y El Salvador. Este es un momento en el que estos países podrían utilizar inversiones y asociaciones adicionales de Estados Unidos para promover oportunidades económicas y seguridad para sus ciudadanos”, dijo la Coalición de Liderazgo Global de Estados Unidos conformada por diplomáticos retirados, líderes militares y miembros del Congreso.
De acuerdo con un estudio del Servicio de Investigación del Congreso, entre el año pasado y este año se asignaron alrededor de 1.300 millones de dólares a la región y la gran mayoría se destinó a esos tres países.
Un grupo de representantes demócratas que visitó El Salvador denunció la decisión del Gobierno de recortar la ayuda a la región.
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“Mientras visitamos El Salvador para evaluar la importancia de la ayuda de Estados Unidos a Centroamérica para abordar las causas fundamentales de la migración familiar e infantil, nos sentimos muy decepcionados al enterarnos de que el presidente Trump tiene intenciones de cortar la ayuda a la región”, dijo Eliots Engel, presidente la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.
El anuncio de la eliminación de asistencia se produjo un día después que Trump amenazó con cerrar toda la frontera de EEUU con México esta semana, a menos que el gobierno mexicano frenara de inmediato toda la inmigración ilegal.
Una medida tan drástica afectaría las economías de ambas naciones, sin embargo el mandatario subrayó: “no estoy bromeando”.
“Si México no detiene inmediatamente toda la inmigración ilegal que viene a Estados Unidos a través de nuestra frontera sur, yo cerraré la frontera, o grandes secciones de la frontera, la próxima semana”, tuiteó Trump el viernes 29 de marzo por la mañana.
Durante más de dos años, Trump ha prometido construir un muro largo e impenetrable a lo largo de la frontera a fin de detener la inmigración ilegal, pero el Congreso se ha mostrado reacio a otorgar el dinero necesario para tal fin.
Mientras tanto, el Presidente ha amenazado repetidamente con cerrar la frontera, pero esta vez cuando un nuevo grupo de migrantes centroamericanos se dirige al norte la situación parece ser distinta ya que ofreció una fecha específica.
Un cierre sustancial podría tener un impacto especialmente fuerte en las comunidades transfronterizas desde San Diego hasta el sur de Texas, así como en supermercados que venden productos mexicanos, fábricas que dependen de partes importadas y otros negocios en todo Estados Unidos.
El comercio entre ambos países involucra diariamente cerca de 1.700 millones de dólares en bienes de acuerdo con la Cámara de Comercio de EEUU que afirmó que el cierre de la frontera sería “una absoluta debacle económica” que amenazaría cinco millones de empleos estadounidenses.
En Florida, Trump repitió en varias ocasiones que para las autoridades mexicanas “sería muy fácil” detener a los migrantes que recorren México antes de tratar de ingresar sin autorización a territorio estadounidense, “pero sólo toman nuestro dinero y hablan”.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, sugirió que Trump se refería al actual incremento en el número de familias, en su mayoría centroamericanas, que se dirigen al norte a través de México.
Muchas de esas familias han estado solicitando asilo, lo que según la ley estadounidense no requiere que ingresen a Estados Unidos por un cruce fronterizo oficial.
Nielsen dijo que EEUU podría cerrar los puertos de entrada designados para redistribuir al personal a fin de ayudar a procesar a los padres y a los niños. Los puertos de entrada son pasos fronterizos oficiales que utilizan los residentes y los vehículos comerciales.
“Si tenemos que cerrar los puertos para atender a la cantidad de gente que viene, lo haremos”, dijo Nielsen.