“Estamos abriendo nuestro país de nuevo”, dijo el presidente Donald Trump a los estadounidenses el jueves, prometiendo un país “más grande, mejor y más fuerte” en el que la mayoría de la gente pronto verá que los negocios y las actividades cotidianas reviven lentamente durante la primavera y el verano y más allá.
Acompañado por sus principales expertos en enfermedades infecciosas, el Jefe de Estado describió un enfoque por etapas para que los estados tomen sus propias decisiones. Los gobernadores han estado haciendo justamente eso, con una coordinación regional sobre un reinicio económico.
Así fue como el mandatario presentó este jueves un plan de reapertura económica y social poscoronavirus por fases, un diseño que reserva la decisión de apertura a los gobernadores, una prerrogativa que hasta hace menos de 24 horas el Presidente Trump negaba.
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Como un dato para la evaluación está el reporte de esta semana en términos de fallecidos. El total de muertes por coronavirus reportadas cada mañana de esta semana: Lunes, 22 mil 109; martes, 23 mil 649, miércoles, 26 mil 057, jueves, 30 mil 985 y viernes 34 mil 500.
El fin de la bravata
El presidente Trump que tenía ya rato empujando por una inmediata reapertura económica del país en medio de la pandemia, de manera tácita reconoció la autoridad de los gobernadores en términos de decisión.
Donald Trump usó esta semana su Twitter para dibujarse como un autoritario y desconoció el poder Ejecutivo de las gobernaciones. Muchas voces autorizadas indicaron que reabrir la economía sin el consentimiento de los estados era inconstitucional y al parecer término escuchando.
Trump dejó en manos de los gobernadores la decisión sobre cuándo adherirse a un plan de reapertura que consta de tres fases y no tiene calendario, aunque dejó claro que los estados que cumplan con los requisitos y así lo deseen podrán hacerlo a partir de mañana mismo.
El Jefe de Estado presentó su plan cuando los casos de coronavirus en Estados Unidos superan los 675 mil y los fallecidos son más de 34 mil 500. Desde hace días la cifra de contagios aumenta a un ritmo de 30.000 diarios y la de fallecidos ronda los 2.000.
Fases para la reapertura
La guía de la Casa Blanca efectivamente regresa el enfoque a la contención básica de COVID-19, especialmente en regiones donde el número de casos confirmados del virus ha sido pequeño. Muchos de los estados que se han salvado debido a lo que Trump llamó “ubicación, suerte y mucho talento”, son alentados por la Casa Blanca a reabrir sus puertas, algunos inmediatamente si sus gobernadores sienten que han limpiado una lista de puntos de referencia.
De hecho, Trump aseguró que 29 de los 50 estados en EE.UU. están ya en condiciones de iniciar la reapertura hoy en la primera fase, a la que se puede acceder si los casos de coronavirus han decrecido en un periodo de 14 días y los hospitales operan en situación de normalidad.
De acuerdo al plan, el esquema de la primera fase precisa que las escuelas seguirán cerradas, las visitas a las residencias de ancianos prohibidas, se pedirá a los ciudadanos que eviten concentraciones de más de 10 personas, se seguirá incentivando el teletrabajo y negocios como restaurantes, gimnasios o cines podrán abrir cumpliendo normas de distanciamiento social.
En una segunda fase, las escuelas podrán volver a abrir, también los bares, deberán evitarse concentraciones de más de 50 personas, se seguirá incentivando el teletrabajo pero se podrán reemprender los viajes considerados no esenciales.
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Finalmente, en una fase tres se abrirán las visitas a residencias y hospitales, los centros de trabajo operarán sin restricciones, pero negocios como bares, restaurantes y cines deberán seguir cumpliendo con normas de distanciamiento social.
Task force opina
Anthony Fauci, director del Instituto de Alergia y Enfermedades Infecciosas, y Deborah Birx, coordinadora del grupo de trabajo de la Casa Blanca sobre el coronavirus, fueron francos en cuanto a que el enfoque para renovar la contención de COVID-19 mientras se reanuda gradualmente el trabajo, la escuela y el entretenimiento requiere de una gran cantidad de pruebas, incluyendo pruebas a personas que no tienen síntomas pero que pueden ser portadoras, una población que algunos expertos creen que describe el 20 por ciento del país.
“Para cuando lleguemos al otoño, creo que estaremos en muy buena forma”, dijo Fauci, quien se ha convertido en el inmunólogo federal muy entrevistado que la mayoría de los estadounidenses reconocen ahora.
Las pruebas, según Trump, dependerán de los estados, con cierto apoyo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Esto ya es un punto de inflexión para los estados más afectados de las costas oeste y este, porque los gobernadores consideran que el alto volumen de pruebas de infección y anticuerpos es un obstáculo para manejar y costear los presupuestos estatales bajo presión.
Durante la rueda de prensa en la que presentó su plan, Trump animó a los gobernadores a sumarse a la reapertura pero “paso a paso” y de forma “cuidadosa”.
“Estamos comenzando de nuevo nuestras vidas. Estamos comenzando a reactivar nuestra economía de una manera segura, estructurada y muy responsable”, dijo el mandatario.
La reapertura de Trump llega al tiempo que en el país afloran las protestas anticonfinamiento, generalmente nutridas de seguidores del presidente y dirigidas contra los gobernadores, que son quienes toman las decisiones.
A la multitudinaria protesta del miércoles en Michigan, a la que acudieron incluso personas armadas, le siguieron este jueves movilizaciones en Ohio o Virginia, mientras que otras se están convocando para los próximos días.
Los manifestantes rechazan los cierres de negocios y las medidas de distanciamiento social que muchos gobernadores están extendiendo ya hasta mediados de mayo, dificultando así la ejecución temprana del plan de reapertura del Gobierno.