En su primera aparición pública tras la firma del denominado “Acuerdo por la Paz y nueva Constitución” entre parlamentarios de oposición y oficialismo para la realización de un plebiscito, el presidente de Chile, Sebastiano Piñera reconoció que, en el marco de las protestas que han azotado al país, se cometieron algunos excesos por parte de la policía.
“En algunos casos no se respetaron los protocolos, se cometieron abusos” por parte de las fuerzas de seguridad, refirió el mandatario aunque no hizo mención de a la solicitud de distintos partidos políticos de responsabilizar por estos actos directamente al general Director de Carabineros, Mario Rozas.
Piñera expresó su “solidaridad y condolencias con las personas que fueron víctimas de esa violencia y especialmente con los familiares de aquellos compatriotas que perdieron su vida”.
Dijo que su compromiso es con los derechos humanos, con la verdad y la justicia, “que exigen que todos estos casos que están siendo investigados sigan siendo investigados para que puedan ser conocidos y juzgados por nuestros tribunales de justicia. No habrá impunidad ni con los que hicieron actos de inusitada violencia, ni con aquellos que cometieron atropellos o abusos”, acotó.
El jefe de Estado indicó que su gobierno hará el mejor esfuerzo para asistir a todas las víctimas en su recuperación y para que la fiscalía y los tribunales cumplan con su función de investigar y hacer justicia.
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“En las últimas cuatro semanas, Chile cambió; los chilenos cambiaron, el Gobierno cambió, todos hemos cambiado. El pacto social bajo el cual habíamos vivido se resquebrajó”, dijo el domingo el Presidente quien al inicio de la crisis anunció una serie de medidas sociales que avanzan con tropiesos en el Parlamento.
El mandatario alabó también el acuerdo al que llegaron el viernes pasado las fuerzas parlamentarias para convocar un plebiscito en abril de 2020 y preguntarle a la ciudadanía si quiere una nueva Constitución y que órgano debería redactarla, al tiempo que reconoció por primera vez que ha habido abusos y un uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, lo que se comprometió a sancionar.
“El acuerdo por la paz no significa solamente resguardar el orden público y la seguridad ciudadana, significa también fortalecer la amistad cívica en todos los chilenos, significa regirse por el estado de derecho y respetar la ley, significa también respetar los derechos humanos de todos, significa pacificar los espíritus”.
Un mes de protestas
Miles de personas salieron el lunes a las calles para celebrar el primer mes del estallido social más grave de la democracia chilena y mostrar su desconfianza tanto con la agenda social anunciada por el Gobierno como con el acuerdo parlamentario sobre una nueva Constitución.
La Plaza Italia, emblemática zona de las revueltas, volvió a ser epicentro de una gran concentración que transcurrió de manera pacífica, aunque se dieron algunos incidentes aislados entre jóvenes y fuerzas de seguridad.
El estallido social ha dejado al menos 23 muertos, cinco de ellos presuntamente a manos de agentes policiales, y 2.381 heridos hospitalizados, de los cuales 222 tienen graves lesiones oculares según el último informe del estatal Instituto Nacional de Derechos Humanos.
La Policía chilena (Carabineros) indicó por su parte este lunes 18 de noviembre que se han registrado más de 15.000 detenciones desde el 18 de octubre, de las cuales 4.000 corresponden a saqueos.