¡Qué año! Hay una gran cita que puede o no ser de un proverbio chino, pero vino a la mente cuando pensamos en este año que está llegando a su fin: “que vivas en tiempos interesantes”. Hay muchas razones para celebrar esta Navidad mientras nos preparamos para pasar tiempo con nuestros seres queridos. Algunos de nosotros gastamos mucho dinero comprando regalos para familiares y amigos, mientras que otros vamos en contra de la tendencia intentando detener la corriente de mercantilismo que prevalece durante estas celebraciones.
Vivimos en un momento de agitación política que amenaza con volverse más preocupante, no solo para la Casa Blanca, sino para todos nosotros. Muchas de las cosas que nos causan estrés están fuera de nuestro control, pero una cosa que podemos manejar es cómo celebramos la temporada navideña o Janucá o cualquier día festivo que escojamos. Podría movernos un espíritu de generosidad y el deseo de traer consuelo a los demás. Podríamos elegir compartir tiempo y dinero con los menos afortunados. La verdad es que cuando somos generosos con los demás, las recompensas son mayores que el regalo. Mientras nos preparamos para comer, beber y compartir momentos con seres queridos, debemos tener en cuenta a los millones de personas que viven aquí y en todo el mundo que no pueden celebrar porque están en medio de la guerra o porque son demasiado pobres y podrían estar sin refugio. Este es un momento para reflexionar sobre el accidente de nacimiento que nos puso donde estamos y, si somos los afortunados, a estar llenos de agradecimiento por nuestro destino. Es importante reconocer que por mucho que hayamos recibido en la vida, debemos a otros seres humanos nuestro apoyo espiritual y debemos tal vez sentirnos obligados a compartir. Hay personas en todas partes que viven vidas de privación y no tenemos que mirar demasiado lejos para encontrarlos.
Vivimos en Filadelfia, uno de los centros urbanos más pobres de este país, y trabajamos en medio de uno de los barrios más pobres de la ciudad. Pero también sabemos que la voluntad de luchar contra la pobreza, crear empresas, mejorar nuestras escuelas y educar a nuestra gente nos mantiene como una comunidad pujante. Lamentamos el destino de tantos padres separados de sus hijos en la frontera con México y esperamos que nuestro gobierno promulgue leyes de inmigración más informadas y justas. Esta es una época en la cual debemos reconocer el espíritu generoso de aquellos que se acercan y traen esa ayuda en persona a los necesitados. Intentemos una vez más compartir con ellos sin importar cuán pequeña sea nuestra contribución. Esperamos fervientemente que los pobres y los marginados tengan una vida mejor el próximo año. Si eres uno de los pocos afortunados, esperamos que compartas. A todos nuestros lectores les deseamos una feliz Navidad.