Cuando las personas actúan de forma consciente y se detienen a comprender esa característica que los hace diferente al resto, empiezan a comprender las razones por las que los ruidos causan molestia, los gestos pueden desencadenar incomodidad o que una mala noticia de un tercero se quede contigo más tiempo de lo adecuado. No es solo ser sensibles, es algo más. Ese entendimiento contigo mismo es la única forma de sanar, porque de eso se trata, de entendernos.
Ser madre ya es una característica de sensibilidad, pero ¿es posible que la sensibilidad llegue a un nivel más alto? Sí, y de eso conocen las personas altamente sensibles (PAS). Según la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España, es un rasgo de la personalidad que está presente en el 20% de la población. No es un trastorno psicológico.
¿De qué se trata?
El término «Alta Sensibilidad» se utiliza comúnmente para hacer referencia a lo que la Dra. Elaine Aron, psicóloga estadounidense, utilizó en sus investigaciones: Sensibilidad al Procesamiento Sensorial (SPS). En los años 90 en su libro The highly Sensitive Person, lo define a través de lo que llama «los cuatro pilares» de la personalidad.
Este concepto se refiere a la evidencia científica que existe sobre el sistema nervioso de las personas con este rasgo, pues recibe más estimulación de forma simultánea.
Esta simultaneidad respecto a la estimulación puede causar un colapso físico y emocional en las personas PAS.
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Un don para la vida
Pero lejos de ser un problema, la alta sensibilidad es un don, porque esto quiere decir que se tiene un sistema neurosensorial más desarrollado, capaz de recibir mucha información sensorial simultánea. Necesaria para la supervivencia de los recién nacidos.
La sensibilidad necesita espacios para existir. Seguramente con la mejor intención del mundo, muchos padres que han tratado de reforzar fortalezas en sus hijos probablemente estaban coartando ese lado sensible.
El cliché dice que todas las madres deben aceptar de forma placentera al recién nacido en su regazo justo al momento de nacer, y puede que sí, pero existen tantas maternidades como estrellas en el cielo y no tienen todas que ser igual.
Ninguna persona PAS es igual a otra y ningún proceso materno es idéntico a otro. A una persona altamente sensible le molesta el aglomeramiento de personas, así que lo primero querrá una madre sensible es estar sola, y eso no la hace una mala madre. Ella está buscando un lugar para repararse y volver con más fuerza con todo su amor para su recién llegado.
En la actualidad, cualquier búsqueda sobre PAS o alta sensibilidad da como resultado una gran cantidad de webs, cursos y libros de autoayuda.
En redes sociales, muchas personas se identifican como PAS y explican su día a día con este rasgo de personalidad —no es una patología— que comparte entre el 20% y el 30% de la población. Pero, no todas esas webs y cursos y libros tienen el mismo rigor científico. Como resultado de este bum, las personas que se muestran escépticas con la alta sensibilidad son también muchas. Por eso, lo mejor es ir ante un especialista, pero algo si es seguro, existen y hay que visibilizarlos.