Samuel Luiz Muñiz, de 24 años, perdió la vida luego de una absurda y brutal paliza que le propinaron al menos 12 hombres en Coruña, España.
La versión que maneja la policía, por ahora, es que se debió presuntamente a un malentendido. Él estaba con amigas en la entrada de una discoteca de la zona del paseo marítimo, supuestamente hablando con alguien por videoconferencia. Y un grupo de hombres, que estaban allí también, se creyeron que el joven grababa con el móvil a las mujeres que los acompañaban. Entonces uno de ellos lo increpó y le dio un puñetazo y después se sumaron sus amigos.
Al menos siete individuos empezaron a pegar y dar patadas a Samuel Luiz, y él no pudo defenderse. Al final, apenas respiraba. La Policía Nacional busca a los implicados en los hechos y ha interrogado ya a un grupo indeterminado de personas. En una primera versión de esta información se señalaba que habían sido detenidas 13 personas, un extremo desmentido por la Delegación del Gobierno en Galicia.
Pero muchos ciudadanos en España señalaron que se trató de un crimen de odio, aseguran que a Samuel lo mataron por ser homosexual.
Puedes leer: Reflexiones: Día de orgullo, reparación y “homofilia”
La escena sucedía en torno a las tres de la madrugada del sábado, la segunda noche de ocio nocturno desde que se levantó la restricción en Galicia. Una amiga de Samuel Luiz, afirmó que lo habían matado «por su orientación sexual», y esto incendió las redes sociales, donde mayoritariamente se da ya por hecho que se trata de una muerte por homofobia.
Distintos colectivos LGBTIQ+ han convocado concentraciones en muchas localidades dentro y fuera de Galicia para este lunes. Y políticos, incluidas las ministras de Derechos Sociales, Ione Belarra, y de Igualdad, Irene Montero, se han referido a este suceso como un caso de «odio».
Las amigas de Samuel que estuvieron presentes esa noche, contaron a El Mundo su versión. «Samuel y yo salimos a fumar y aproveché para llamar a Vanesa, con la que me había estado mensajeando durante la noche. Como Samuel también la conocía se unió a la conversación», cuenta Lina, amiga de Samuel desde hacía seis años.
En un punto de la conversación, comenzó lo peor. «Lina y Samuel me estaban contando anécdotas de la noche pasada y giraron el móvil para enseñarme por donde habían ido andando», recordó Vanesa. «En ese momento pasaron un chico y una chica juntos, de más o menos la edad de Samuel (Lina tiene dos años más), y él nos gritó que dejásemos de grabarles».
Sin darle importancia, Samuel y Lina se apresuraron a explicarle al joven que se trataba de un malentendido, y que simplemente estaban haciendo una videollamada. Incluso Vanesa, al otro lado del teléfono, levantó la voz para corroborar la versión de su amigo y su novia. Sin embargo, el hombre, dirigiéndose exclusivamente a Samuel, dijo: «O paras de grabar o te mato, maricón».
«De ese momento recuerdo que el chico le pegó un puñetazo muy fuerte y yo empecé a gritar», rememora Lina. «El vídeo se bloqueó, pero el audio seguía sonando y no sabía qué era exactamente lo que estaba ocurriendo. Sólo escuchaba los golpes y a Lina gritar: ‘¡déjalo, es mi amigo, por favor, déjalo!’», añadió Vanesa. Lina apunta que «la chica que estaba con el chico intentó separarlos en un primer momento, pero cuando yo me metí me espetó: ‘aparta que no pintas nada aquí’».
En ese momento apareció otro joven que intercedió para intentar que el agresor dejara de golpear a Samuel.
El agresor se fue, Samuel le pidió a su amiga que buscara su teléfono que se había caído. Mientras Lina estaba buscando el teléfono de Samuel, el chico que lo había agredido 5 minutos antes volvió por él, esta vez acompañado de otras 12 personas, que aprovecharon la ocasión para acorralarlo y asesinarlo a golpes.
«Vi a lo lejos que una multitud de gente se movía a gran velocidad y salí corriendo hacia ahí. Escuché que alguien gritaba ‘¡maricón de mierda!’ Cuando llegué me encontré a Samuel en el suelo inconsciente, ellos ya no estaban, lo habían dejado allí tirado y se habían escapado corriendo. A Samu le dio tiempo a cruzar la calle tratando de protegerse. Pero cuando lo vi supe que no iba a salir adelante», contó a El Mundo.