La paralización económica causada en Estados Unidos por la propagación del coronavirus ha dejado a casi 10 millones de estadounidenses sin empleo en las últimas dos semanas, mientras el número de contagios va en aumento.
La situación generada por la pandemia global de COVID-19 ha provocado que más de 6,64 millones de personas solicitaran beneficios de desempleo la semana pasada, uniéndose a los 3,28 millones de trabajadores que habían solicitado el subsidio de desempleo la semana anterior.
En este contexto, las solicitudes de desempleo se triplicaron en el estado de Florida y llegaron a 227 mil la semana pasada a medida que la entidad comienza a tomar medidas más severas para frenar el avance del virus originado en China.
Algunos expertos han adelantado que el paro, que antes de la crisis por el coronavirus se situaba en el 3,5 %, la mejor cifra en cincuenta años, podría llegar al 20 % y recordaron que si llegara a superar la barrera del 24 % la situación sería similar a la vivida en el país, en lo que a desempleo se refiere, durante la Gran Depresión de 1929.
Es posible que las cifras de desempleo sean más elevadas de lo que se ha divulgado ya que los números más recientes dados a conocer por el Departamento de Trabajo posiblemente no estén captando la situación real. La razón es que muchos residentes de Florida han denunciado dificultad para comunicarse con el Departamento de Oportunidades Económicas (DOE) del estado.
Ken Lawson, director ejecutivo del DOE, explicó que debido a la oleada de personas solicitando los beneficios de desempleo, debió optar por contratar a 70 empleados adicionales y, adicionalmente, una compañía de llamadas externas para poder manejar el gran volumen de reportes.
El ejecutivo advirtió que el sistema que utilizan no está configurado para atender la elevada demanda de servicio que se registra en estos días. Lawson firmó una orden la semana pasada para renunciar temporalmente al período de espera de una semana, antes de que las personas puedan recibir los beneficios.
Te puede interesar:Gobernador decreta cuarentena obligatoria en Florida ante avance del coronavirus
Una mujer que declinó identificarse dijo medios locales que se encuentra “atascada”, porque no ha tenido ingresos en las últimas dos semanas. “Nuestras facturas todavía están llegando, las luces aún deben encenderse, mis hijos todavía necesitan comer, y no he podido localizar a nadie (en la DOE)”, manifestó a una cadena de televisión.
Los cierres inducidos por la pandemia han obligado a despidos generalizados en toda la economía, desde hoteles, restaurantes y cines hasta grandes almacenes, oficinas administrativas y trabajadores domésticos.
Los sectores hotelero y de restaurantes son los más afectados por la crisis, seguidos por el de servicios como cuidado de la salud, manufacturero, comercio minorista y construcción.
Más del 90% de la población de Estados Unidos vive ahora bajo alguna versión de una orden de confinamiento, lo que ha obligado a cerrar bares, restaurantes, cines, fábricas, gimnasios y la mayoría de los demás negocios. Algunos hoteles están cerrados y otros están en gran parte vacíos. Las cadenas de comida rápida están cerradas o sólo brindan servicio de compra desde el vehículo, lo que cuesta miles de empleos.