La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destacaron el teletrabajo cambió los patrones tradicionales de empleo y, en muchos casos, se instaló para quedarse o para formar parte de un modelo «híbrido».
Entre los beneficios destacan una menor incidencia de hipertensión y estrés, y alimentación más saludable; los perjuicios incluyen aislamiento, riesgo de irritabilidad y problemas esqueletomusculares por falta de equipo apropiado, sin planificación ni asistencia puede ser altamente negativo para el cuerpo, la mente y el bienestar social.
Las instituciones señalaron que el teletrabajo bien organizado mejora del equilibrio entre la vida laboral y la personal, ofrece la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividad física, y ahorra el tiempo dedicado a transportarse.
También se ha demostrado menor tendencia a la depresión y mayor bienestar emocional debido a la convivencia familiar de calidad, así como el consumo de dietas más saludables porque se preparan los alimentos en casa.
Por otra parte, el trabajo remoto disminuye la contaminación atmosférica y los tiempos de desplazamiento, lo que también contribuye a mejorar la salud física y mental y el bienestar social. De igual manera, el teletrabajo puede conseguir un aumento de la productividad y una reducción de los costos operativos para muchas empresas.
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Pero, hay aspectos que siguen preocupando como el alargamiento frecuente de las jornadas laborales y que muchas veces se trabaje aun estando enfermo.
Otro posible daño es el aislamiento social que puede conducir a una mayor soledad, agotamiento, depresión, irritabilidad, preocupación y sentimientos de culpa en los trabajadores.
Así, la colaboración entre trabajadores y empleadores es «esencial» para un teletrabajo seguro, según la OMS. «En los casi dos años transcurridos desde el inicio de la pandemia, quedó muy claro que el teletrabajo puede aportar tan fácilmente beneficios para la salud como tener un impacto nefasto», dijo la doctora María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
Entre las medidas que deben poner en marcha los empresarios, destacan: garantizar que los trabajadores reciban el equipo adecuado para completar las tareas del trabajo; proporcionar información, directrices y formación pertinentes para reducir el impacto psicosocial y de salud mental del teletrabajo; formar a los directivos en la gestión eficaz de los riesgos, el liderazgo a distancia y la promoción de la salud en el lugar de trabajo; y establecer el «derecho a la desconexión» y días de descanso suficientes.