El grupo de los sin techo de Parkway no verán llegar al alcalde Jim Kenney a la invitación a almorzar. Un nota ampliamente cortés y con rigurosa decencia indica que la primera autoridad de la ciudad declinó.
La oferta para asistir hoy lunes a un brunch hecha por la sin techo de los campamentos fue expuesta en una pancarta. Los indigentes que protestan por viviendas solicitaron con el estandarte una conversación con el alcalde.
Los sin techo del Ben Franklin Parkway están pidiendo un alojamiento permanente. Sin embargo los tiempos de la negociación se han enfriado. A la invitación hecha en una pancarta se interpuso un comunicado de la Oficina del Alcalde.
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El letrero de los sin techo tiene el siguiente texto: “Estimado Alcalde Kenney.” Lea la pancarta en el campamento de protesta, ubicado en el Ben Franklin Parkway. “Está cordialmente invitado a un brunch y a una conversación”. El tema era discutir las demandas de los manifestantes por una vivienda permanente para los desamparados.
“Venga a conocernos”, dijo uno de los manifestantes este fin de semana. “Nosotros también merecemos casas. Tienen un lugar seguro para vivir. ¿Por qué no podemos?”
Descontento de los sin techo
El grupo dice que los servicios municipales ofrecidos para ayudar con la vivienda hasta ahora son inseguros o no han respondido a sus necesidades reales. Pero la oficina de Kenney dijo que otra reunión con el grupo sería improductiva. La declaración dice que las demandas de los manifestantes han cambiado, y en algunos casos están fuera del control de la ciudad.
“El alcalde declina respetuosamente la invitación. Se reunió cara a cara con el grupo de buena fe en varias ocasiones. No cree que otra reunión sea apropiada en este momento”, decía la declaración. Los sin techos además solicitaban la presencia de los medios de comunicación.
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El campamento de protesta ha estado en el Parkway durante semanas. A pesar de los tres plazos para que los manifestantes se vayan, la ciudad no los ha desalojado. Recientemente, los campistas han instalado barricadas para proteger su campamento.
Los vecinos dicen que el campamento bloquea los campos de pelota y el tráfico del vecindario y ha impedido que los niños puedan jugar en la zona.