Los abucheos persiguen al presidente Donald Trump. La excepción: Alabama. El público presente para ver a los Crimson Tide contra los LSU Tigers, le profesó vítores al Jefe de Estado, no obstante los ruidos de desaprobación se colaron.
El tema de la popularidad no puede medirse con el “aplausómetro”, eso no sería científico. Podríamos estar en presencia del presidente más “abucheado de la historia estadounidense” y aún así podría ganar las elecciones en 2020.
En la misma Alabama, durante 2018, pero en el estadio Mercedes-Benz, la silbatina contra Trump se nutrió de la desaprobación de decenas de miles de almas. Que no se olvide.
Lo que sí pudiera ser científico –no necesariamente determinante- es que Trump al término de su primer año de mandato registró, de acuerdo a una información divulgada por la firma Gallup, un porcentaje de aceptación cercano al 39%, fracción que lo transformaba en el presidente de los Estados Unidos más impopular de la historia.
Gritarle en público no basta
Los audiencias, las ciudades, los eventos, las calles y las personas que se representan en esos espacios, generalmente forman parte de una burbuja con condiciones homogéneas susceptibles a generar ecos y a odiar o amar sin medidas.
Puedes leer: Jueza ordena a Trump pagar dos millones de dólares a obras de caridad
Esta visión puede ayudar a dar forma a una apreciación del historiador Allan Lichtman, quien sostiene que la “impopularidad de Trump es irrelevante”.
Él es un profesor emérito de la American University y autor del libro The Keys To The White House (Las llaves de la Casa Blanca), un sistema de análisis que le ha permitido predecir con éxito el resultado de todas las elecciones presidenciales desde 1994, incluida la victoria de Trump en el 2016.
Su método se basa en el comportamiento del partido que ostenta la Casa Blanca, no en lo que hace la oposición. ¿Su consejo? Olvidarse por completo de las creencias populares que promueven los sondeos, los consultores y la prensa.
Los decibeles son inofensivos
El inquilino de la Casa Blanca, hasta el momento final de la redacción de esta nota, había sido abucheado recientemente en Nueva York durante su exposición en la ciudad por el Día del Veterano. Recibió también descortesías al inicio del quinto juego de la Serie Mundial de la MLB y también acusó irrespetos en una presentación de la UFC.
Puedes leer: Republicanos ven el rostro de Donald Trump en las derrotas municipales
De acuerdo a recomendaciones del historiador Allan Lichtman la única manera de sacar a Trump de Washington es a través de un juicio político, porque según su libro eso activaría la llave del “escándalo”.
“Una de las 13 llaves de mi sistema de predicción es la del escándalo. Si Trump se convierte en el tercer presidente de la historia impugnado por el Congreso, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998, eso activará la llave del escándalo. Habría una llave más contra él, y una más en manos de los demócratas. Al margen de lo que pase en el Senado, esta llave puede desencadenar otras, puede llevar a que algún republicano le dispute la nominación para debilitarlo, a que aparezca un independiente o un nuevo aspirante demócrata”…