Vecinos y comerciantes de Jacksonville hicieron un requerimiento formal a la justicia del estado de Florida en relación a que se declare “nociva” para la comunidad la celebración del mitin en donde el presidente Donald Trump aceptará la nominación republicana para las elecciones del 3 de noviembre.
Los demandantes requieren que el acto que marcará el final de la Convención Nacional Republicana, previsto para el 27 de agosto en la VyStar Veterans Memorial Arena, sea declarado contrario “a la salud, el bienestar y los derechos de propiedad de los demandantes y en particular a la salud y el bienestar de la comunidad de Jacksonville”, informaron medios locales.
En la demanda que fue presentada para trámite este miércoles 8 de julio, se mencionan el presidente Trump y su equipo de campaña, la municipalidad de Jacksonville como propietaria del estadio, y la empresa ASM Global que lo administra, según reseñaron varios canales de televisión.
El alcalde de Jacksonville, Lenny Curry, quien se mantiene en cuarentena voluntaria por la COVID-19, ofreció la ciudad floridana al Presidente que buscaba una nueva sede para la Convención Nacional Republicana luego que las autoridades de Carolina del Norte no le garantizaran que iba a poder concentrar una multitud en la sede original en la ciudad de Charleston debido a las medidas implementadas debido a la pandemia.
El alcalde Curry, copresidente de la Convención Nacional Republicana, informó el martes pasado que estuvo en contacto con alguien contagiado de la COVID-19 y que por eso decidió someterse a cuarentena pese a que dio negativo en la prueba.
Según algunas estimaciones, al evento masivo se prevé una asistencia de 40.000 personas, incluyendo manifestantes en contra de Trump.
En la actualidad Florida es uno de los focos de contagio de coronavirus en Estados Unidos con 223.783 personas infectadas y 3.889 decesos acumulados desde el 1 de marzo. En las últimas dos semanas la enfermedad se ha propagado a un ritmo de 7.000 a 11.000 casos nuevos cada día.
Los demandantes son residentes en las zonas adyacentes al estadio o tienen allí negocios u oficinas. Ellos argumentan que el acto del 27 de agosto es lo que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos catalogan como un evento con el “máximo nivel” de riesgo de contagio de la enfermedad.
Por eso dicen que si la justicia declara el acto “nocivo” para la comunidad el estadio no debería abrir sus puertas para el mitin, o en caso de hacerlo, debería limitar el aforo que es de unas 15.000 personas a no más de 2.500 y acotar los espacios para que se respete la distancia de seguridad y obligar a los asistentes a llevar máscaras entre otras medidas.