A veces el estrés es inevitable. Puede mantener alerta a las personas, lo que puede ayudar a mejorar el rendimiento en bajas dosis. Sin embargo, si los factores estresantes siguen llegando y no cesan, puede volverse problemático. No fuimos creados para defendernos de largas jornadas de trabajo que se desvanecen hasta altas horas de la noche. A medida que se acumula el estrés crónico, su salud física y mental puede verse afectada.
Investigaciones han demostrado que el estrés se ha asociado con disminuciones en el sueño reparador y más despertares durante la noche, esto se traduce en estar cansado todo el tiempo. También pueden aumentar los dolores de cabeza, la ansiedad de terminar las cosas a tiempo y no tomar descansos tienden a desencadenar este malestar, según una investigación del Journal of Behavioral Medicine.
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Por otra parte, la acidez estomacal, hinchazón, dolor abdominal, náuseas, diarrea y estreñimiento pueden ser signos de demasiado estrés pues ralentiza el sistema digestivo. Durante los períodos de mucho estrés, es posible tener una sensación de corazón acelerado. Un aumento en la frecuencia cardíaca es una respuesta fisiológica, incluida la liberación de adrenalina. Si esto sucede durante períodos de mucha presión, es importante detenerse y respirar.
Tenga en cuenta que una frecuencia cardíaca rápida puede ser causada por una serie de otras condiciones subyacentes.
También es importante estar atentos a las enfermedades, pues si están ocurriendo más de lo normal podría ser señal de alerta. Las investigaciones muestran que el estrés puede tener un efecto negativo en nuestro sistema inmunológico, haciéndonos más susceptibles a las enfermedades.