La memoria política del presidente Donald Trump a corto plazo está seriamente afectada por la reelección presidencial. Al menos eso creen algunos científicos que trabajaron en el desarrollo del fármaco remdesivir.
El Jefe de Estado ha acreditado la aparente mejora de su infección de coronavirus a la farmacopea experimental. En un tweet escribió que su mejoría se debe a “algunas drogas realmente grandiosas” que fueron “desarrolladas, bajo la Administración Trump”.
Para Peter Daszak, un investigador de la organización no gubernamental EcoHealth Alliance, la afirmación de Trump es especialmente irónica. Durante años, Daszak dirigió un proyecto financiado por los EE.UU. que jugó un papel importante en el surgimiento de uno de esos medicamentos, el remdesivir.
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El científico recordó que en abril Trump torpedeó la investigación al punto de desfinanciarla. Incluso la transformó en parte de su guerra comercial contra China. Hoy el inquilino de la Casa Blanca anuncia sentirse a salvo por los medicamentos recibidos.
El malquerido remdesivir
EcoHealth Alliance colaboró con científicos en China para recolectar muestras de fluidos de murciélagos. La comunidad científica buscó muestras de coronavirus que podrían representar una amenaza si se derramaran en humanos.
En 2014 expertos en virus de EE.UU. probaron el remdesivir contra algunas cepas de murciélagos que EcoHealth Alliance descubrió. Los resultados fueron prometedores. Ayudó a elevar el perfil de la droga dentro de la investigación farmacéutica. Así que cuando el coronavirus actual golpeó, el medicamento fue la primera opción que los científicos pudieron probar contra él.
Según un recuento realizado por Nurith Aizenman de NPR, en abril los NIH terminaron abruptamente la financiación del proyecto de investigación de murciélagos en China sin una explicación clara. En las semanas anteriores, funcionarios de Trump habían impulsado una teoría conspirativa. Desacreditaron al laboratorio chino con el que la Alianza EcoHealth estaba asociada. La reputación del Instituto de Virología de Wuhan fue rodada por el fango. Se le acusó de haber liberado accidentalmente el virus que causaba la COVID-19. La Casa Blanca Trump dio a entender erróneamente que la totalidad del dinero había ido al Instituto Wuhan. En una rueda de prensa prometió que su administración tomaría medidas al respecto.
Hasta los premios Nobel hablaron
Después de un alboroto entre los científicos – incluyendo 77 premios Nobel que enviaron una carta de protesta – los Institutos Nacionales de Salud dijeron que restablecerían la subvención en julio. Pero los funcionarios han impuesto condiciones que, según Daszak, no tienen precedentes y son imposibles de cumplir a propósito: “Una implica investigar el paradero de un técnico de laboratorio que trabajaba en Wuhan y que los teóricos de la conspiración dicen que ha desaparecido misteriosamente” – pero con quien, según Daszak, su grupo nunca trabajó.
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“Es extremadamente frustrante”, dice Daszak. “Entiendo lo que está pasando. [El presidente] no está tratando de socavar nuestra organización específicamente. Sólo quiere crear una narrativa que sea anti-China.” Pero añade con un poco de nostalgia: “Si colaborar con China en este trabajo condujo a una droga que podría ayudar a salvar su vida, tal vez eso le dé la vuelta y le haga darse cuenta de que esta investigación es el tipo de cosa que tenemos que hacer”.