Las redes sociales, los comentarios de mercados y los medios formales tienen datos suficientes para pronosticar que en Thanksgiving será una fecha de desacato y supercontagio por la COVID-19.
Todo apunta a que el Día de Acción de Gracias de 2020 se transformará en un rito de sublevación. Los CDC en todo el país ofrecen cifras preocupantes en torno al aumento de personas contagiadas por coronavirus.
Gobernadores y alcaldes se enfrentan a una pandemia fuera de control. En Pensilvania existe un mandato de las máscaras y restricciones a reuniones en interiores. Precisamente los encuentros de familiares y amigos en los “living room” con la llegada del frío han cultivado los acelerados contagios.
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Lo que está por verse es quienes están dispuestos a cumplir con las medidas dictadas por la ley. Los observadores creen que en la práctica son inaplicables. Las autoridades sanitarias las han colocado confiando en el cumplimiento voluntario.
Desacato y supercontagio
El periodista Michael Rubinkam destacado en Pensilvania, junto a Deepti Hajela de Nueva York y Michael Hill en Albany tiene una historia que contar. En el segundo estado de la Unión se encontraron con los gruñidos de Barb Chestnut, quien no tiene la intención de seguir ninguna regla.
“Nadie va a decirme lo que puedo o no puedo hacer en mi propia casa” dijo Chestnut, 60 años, de Shippensburg. “No pagan mis facturas y no me van a decir qué hacer”. Como él hay miles quiene con su postura crearán el desacato y supercontagio por COVID-19 más grande que el de primavera.
Es cierto que algunos van a seguir las reglas, pero un segmento bastante grande no lo hará. Los expertos dicen que esto podría poner más presión en los hospitales sobrecargados. Además conducirá a un aumento aún mayor de enfermedades y muertes durante las fiestas.
“Cuando esto comenzó a principios de marzo, no estábamos mirando el Día de Acción de Gracias y la Navidad. No teníamos el reservorio de enfermedades que tenemos. Y eso, para mí, es la mayor preocupación en las próximas semanas”, dijo el doctor David Rubin. Él es director de PolicyLab del Hospital Infantil de Filadelfia. Calificó al riesgo de un pico de Acción de Gracias “extremadamente alto”.
“Creo que se está viendo mucha resistencia aquí”, dijo Rubin. “No puedo especular sobre lo que la gente va a hacer. Si puedo decir que en la medida en que no hay un compromiso colectivo aquí, es como que se reduce el impacto de las medidas en sí”.
Los números no mienten
La nación está promediando 165.000 nuevos casos de virus por día. Es más de 70% en dos semanas, según la Universidad Johns Hopkins. En el desacato y supercontagio esta el embrión de lo que pasa.
Las hospitalizaciones, muertes y la tasa de positivos en las pruebas también han aumentado bruscamente a medida que la nación se acerca al Día de Acción de Gracias. En respuesta, los funcionarios electos están imponiendo restricciones.
Más de un millón de personas acudieron en masa a los aeropuertos de EE.UU. el domingo. El dato proviene de la Administración de Seguridad en el Transporte. Es la cifra más alta desde el comienzo de la pandemia.
La doctora Debra Bogen, directora de salud del condado de Allegheny, Pensilvania, que incluye Pittsburgh, dijo que demasiados han estado ignorando la guía de salud pública y que el resultado ha sido la propagación incontrolada del virus.
El efecto psicológico
Algunas personas están subestimando el riesgo que corren ellos mismos, sus amigos y familias, dijo Baruch Fischhoff. Él es un psicólogo de la Universidad Carnegie Mellon que ha escrito sobre el análisis de riesgo y las comunicaciones de COVID-19. Otros dudan de lo que los funcionarios de salud les están diciendo sobre el virus. Y otros son simplemente irresponsables. Crean una mezcla de desacato y supercontagio.
Fischhoff señalo a la falta de una estrategia nacional cohesiva al aumento de la pandemia. Los desatinos que se han dado como nación son un mal ejemplo. Las restricciones aparentemente arbitrarias a nivel estatal y local muchos no las siguen. Además los mensajes de salud pública ineficaces, politizados y contradictorios. Esto ha hecho que propague la confusión y la desconfianza.
“Ha sido un colosal y trágico fracaso de liderazgo. Desde el principio no encontramos el terreno común para proteger a los más débiles entre nosotros. Y una vez que se ha perdido esa coordinación, se lucha por recuperarla y ese es el trágico lío en el que estamos ahora”, dijo.
En Nueva York no habrá orden
En el norte del estado de Nueva York, algunos sheriffs se han revelado. Dicen que no tienen intención de hacer cumplir el reciente mandato del gobernador demócrata Andrew Cuomo. Se resisten a actuar en torno a la prohibición de reuniones privadas de más de 10 personas.
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“No hay necesidad de esconder los automóviles y escabullirse durante su intento de reunirse con la familia. No vamos a agotar nuestros limitados recursos obteniendo órdenes de registro y contando los comedores de pavo en tu casa”, dijo el Sheriff del Condado de Madison Todd Hood en un post de Facebook. Animó a la gente de la zona rural a usar el sentido común para mantenerse a salvo.