Neighbors United Against Drugs (NUAD) tiene a la barbería como herramienta para el cambio social. La experiencia ocurre en SouthPhilly donde se desea que las personas sean agentes de cambio en sus propias vidas.
Estos eventos están dirigidos a hombre de color. En la categoría no hay diferencias para los afrolatinos. El color de la piel determina. Más allá de eso la agrupación ofrece transfundir liderazgo. Ellos “no estamos aquí para venderles sueños. La mayor parte del éxito vendrá de ustedes”.
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La cita del párrafo anterior corresponde a Joe Purnell. Él es organizador comunitario y director ejecutivo de Vecinos Unidos Contra las Drogas (NUAD) en el suroeste de Filadelfia. Los participantes varían, pero cada lunes la NUAD abre las puertas a cualquier hombre mayor de 18 años. Tienen una invitación a comer, hablar, buscar ayuda y cortarse el pelo.
La barbería como herramienta
En los sociogramas, la barbería como herramienta de cambio social resalta. Son lugares naturales para la comunicación, la información y el debate. Es el ágora estadounidense por excelencia. La periodista Lynette Hazelton de Generocity abordó una detallada reseña de la experiencia. La nativa de Filadelfia lleva años informando sobre temas comunitarios. También imparte clases de alfabetización para adultos por toda la ciudad.
El Plan Comunitario del Suroeste de Filadelfia de 2018 de la Universidad de Pensilvania lleva los registros. Los barrios a los que NUAD presta servicio han sido devastados por “traumas sociales y económicos”. Allí hay altas tasas de encarcelamiento, falta de vivienda, finanzas predatorias y ejecuciones hipotecarias, redactó Hazelton.
El señor Joe Purnell prefiere que los hombres se conviertan en expertos en sus problemas. Que cuenten historias. Es necesario descargar que proceden de hogares en los que su padre no estaba presente. Es imperativo drenar los pasajes de infancias con una madre soltera que lucha contra la pobreza. Las conversaciones tratan sobre años de adolescencia llenos de presión negativa por parte de los compañeros. Asimismo de la sensación agobiante de no ser queridos. “Surgen todo tipo de cosas. Les ayudamos a reflexionar sobre su sistema de valores”, explica Purnell. Él esta en rol de organizador comunitario desde los años 70.
Un corte de pelo al final
Cada sesión de los lunes por la tarde termina con un corte de pelo gratuito. Los temas tratados cuando Hazelton asistió fueron variados. En la barbería como herramienta de cambio los hombres se sientan en círculo. Cada uno se turna para hablar de sus necesidades más urgentes. “Uno de ellos quería su documento de identidad. Un certificado de nacimiento y una tarjeta de la seguridad social para poder conseguir un trabajo. Otro necesitaba un GED. La mayoría buscaba un lugar permanente pero asequible al que llamar hogar”.
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Utilizar la barbería como herramienta para el cambio social forma parte de la visión de Purnell desde hace años. “Diseñamos esto hace casi diez años”, explicó Purnell, pero añadió que probablemente se adelantó a su tiempo.
Tradicionalmente, en los barrios afroamericanos, la iglesia se ha considerado uno de los socios comunitarios más viables. Pero la asistencia de las mujeres supera con creces el número de hombres activos. Para llegar a los hombres de color, es la barbería la que atrae a un público masculino amplio y fiel. Pero este no es un papel nuevo, sino una realidad poco reconocida por los expertos en servicios sociales tradicionales.