La verdadera acción en torno al juicio político que se le seguirá al presidente Donald Trump en el Senado tendrá lugar el próximo martes, el paso dado ayer en la sede de la Cámara Alta no fue más que la apertura “ritualista” para reconocer a todos los que actuarán en el proceso.
La naturaleza de la sesión de ayer es tan de carácter ceremonial, que el Senado trató primero la aprobación del Acuerdo T-MEC, el tratado comercial que contempla las reglas de juegos en la vecindad integrada por México, los Estados Unidos y Canadá.
Además T-MEC es un hito interesante porque en la práctica respaldó una material con apoyo bicameral y de los políticos de ambos lados de la acera, en una manifestación de consenso singular en medio de una nación tan polarizada.
Puedes leer: Senado de EE.UU. aprobó el T-MEC y Donald Trump obtiene una victoria
La sesión del Senado se abrió con un acto solemne con la entrega oficial de los cargos políticos contra Trump, de abuso de poder y de obstrucción al Congreso, por parte de los siete legisladores de la Cámara Baja que harán de “fiscales” en el juicio político.
El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el demócrata Adam Schiff, que será el “fiscal” jefe en este proceso, fue el encargado de leer los cargos políticos ante los senadores.
El primer cargo contempla que “en su conducta como presidente de EE.UU. (…) Donald J. Trump ha abusado de los poderes de la Presidencia”.
La segunda acusación, de obstrucción al Congreso, asegura que “sin motivo o excusa legal, el presidente Trump ha ordenado a agencias, oficinas y funcionarios del brazo Ejecutivo no cumplir con las citaciones del Congreso” a posibles testigos para que declararan durante la investigación para iniciar el juicio político.
En la segunda parte de la jornada, el presidente del Tribunal Supremo, el juez John G. Roberts, juró como jefe de la Cámara Alta, en sustitución del vicepresidente Mike Pence, para asumir el papel de “juez” durante el juicio político.
Por su parte, 99 de los 100 legisladores del Senado (hubo uno, el republicano James Inhofe, que no pudo acudir a la sesión por enfermedad de un pariente) también lo hicieron como miembros del “jurado” en este proceso y firmaron en el llamado libro de juramentos en el que prometieron ser imparciales.
El Senado culminó así los preparativos para un juicio político al mandatario Donald Trump, que técnicamente comenzó este jueves, aunque se iniciará de facto el próximo martes, con el juramento del presidente del Tribunal Supremo y de los senadores, que harán de “juez” y “jurado”, respectivamente.
La jornada fue tildada por los medios de comunicación nacionales de histórica, aunque posiblemente las venideras sean también históricas, ya que solo hay dos precedentes de jefes de Estado que se hayan enfrentado a un proceso similar en EE.UU., Bill Clinton (1993-2001) y Andrew Johnson (1865-1869).
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, anunció durante su intervención en el pleno los plazos para que la Cámara Baja presente un informe sumario sobre el caso y que la defensa del presidente haga lo mismo.
McConnell agregó que el Senado volverá a reunirse el próximo martes a las 13.00 hora local (18.00 GMT), para comenzar el juicio político “de facto”.
En declaraciones a la prensa en el Despacho Oval durante un acto sobre libertad religiosa en las escuelas públicas, Trump tachó todo este proceso de “fraude”.
Puedes leer: Cada vez que Trump lo niegue Lev Parnas publicará una foto de los dos juntos
“Creo que debería ir muy rápido, es un fraude, un completo fraude. Tienen esas llamadas perfectas…”, indicó el mandatario.
“El presidente de Ucrania dijo que todo estaba perfecto -subrayó-, y (los demócratas) me imputan políticamente. Es completamente partidista”.