Los avances que sobrepasan los niveles estadounidenses en desarrollos como Internet de las Cosas (IoT) o Inteligencia Artificial (IA) que tiene en China al líder mundial, pareciera ser cada día más la razón para una guerra comercial que los aranceles que ocasiona la soja o el acero.
Analistas estadounidenses han visto el último movimiento de la Administración Trump como la pieza que evidencia el rezago que la nación tiene en materia de tecnología a disposición del Estado y la poca inversión que ha hecho para competir con el Gigante Asiático que desde hace rato lleva la delantera.
Frente a esta situación Donald Trump firmó este martes un decreto destinado a promover el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial en el Gobierno estadounidense para competir así con países como China, pero no anunció ninguna inversión que pueda potenciar esa estrategia.
China y Estados Unidos retomaron este lunes sus negociaciones comerciales mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió sobre una “tormenta” que se cierne sobre la economía mundial, relacionada en parte con las alzas a los aranceles aduaneros ordenados por Beijing y Washington.
Todo esto podrían ser elementos distractores para que los estadounidenses ganan tiempo con el fin de establecer hojas de ruta que permitan dar un panorama claro al gobierno en relación a su situación actual en materia de tecnología y los alcances que podrían tener en un tiempo determinado.
En este caso el plan llamado Iniciativa para la Inteligencia Artificial Estadounidense, instruye a las agencias del Gobierno de Trump a priorizar la investigación de ese tipo de tecnologías, que muchos expertos creen que podría ser crucial para el desarrollo de la economía e incluso de las guerras en el futuro.
“Estados Unidos debe espolear avances tecnológicos en materia de inteligencia artificial en todo el Gobierno federal, la industria y las instituciones académicas para poder promover descubrimientos científicos, la competitividad económica y la seguridad nacional”, indica la orden ejecutiva suscrita por Trump.
El decreto reconoce la importancia de desarrollar un plan que ponga al día a EE.UU. ante los avances de “competidores estratégicos y adversarios extranjeros”, sin identificar a ningún país, que medios locales apuntaron a China.
En 2017, Pekín presentó un plan para convertirse en el líder mundial en inteligencia artificial, con el objetivo de crear una industria valorada en 150 mil millones de dólares para 2030.
Por su parte, la Comisión Europea y los Estados miembros, además de Suiza y Noruega, se comprometieron en diciembre a alcanzar un total de 20 mil millones de euros (22 mil 500 millones de dólares) de financiación en el sector de la inteligencia artificial hasta 2020.
En cambio, EE.UU. no ha identificado aún una cifra de inversión similar, algo que algunos expertos consideran preocupante y que la Casa Blanca ha minimizado, al subrayar que es el Congreso estadounidense quien debe decidir cuántos fondos se dedican al tema.
Según el diario The New York Times, el Pentágono ha destinado este año 75 millones de dólares para crear una nueva oficina destinada a desarrollar tecnologías de inteligencia artificial, pero muchos de los expertos en ese ámbito prefieren trabajar en empresas privadas como Google y Amazon, y no en el Gobierno.
Se espera que la iniciativa de Trump tome una forma más clara en los próximos meses, una vez que sus agencias desarrollen planes específicos para implementar el decreto.