La economía brasileña sufrirá este año una reducción del 5,12 % como consecuencia de la paralización de actividades adoptada por los gobiernos regionales para hacer frente al COVID-19, según una nueva previsión de los economistas.
La nueva proyección refleja los resultados de una consulta hecha la semana pasada a analistas y economistas de un centenar de entidades bancarias y financieras y divulgada este lunes 18 de mayo por el Banco Central.
Los analistas del mercado siguieron empeorando su previsión, ya que hasta la semana pasada esperaban una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 4,11 % en la mayor economía sudamericana, a finales de abril calculaban una retracción del 3,76 % y a finales de marzo una bajada del 0,48 %. La previsión ha sido reducida durante 14 semanas consecutivas.
En enero, antes de que la COVID-19 llegara a Brasil, de que el país se convirtiera en el cuarto del mundo con más contagios y de que los gobiernos regionales extendieran sus medidas de distanciamiento social, los economistas preveían que la economía de Brasil cerraría 2020 con un crecimiento del 2,3 %.
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La nueva previsión es más pesimista que la del propio Gobierno que la semana pasada revisó hacia abajo su proyección y pasó a prever una retracción del 4,7 % este año, cercana a la del Fondo Monetario Internacional (FMI), que calcula una caída del PIB en Brasil del 5,3 %.
Tanto el Gobierno como el FMI esperaban para este año un crecimiento en Brasil cercano al 2,5 % antes de la pandemia. De cumplirse cualquiera de los nuevos pronósticos, Brasil sufrirá en 2020 la mayor reducción del PIB en las últimas décadas.
La retracción impactará una economía que venía recuperándose lentamente de la histórica recesión que sufrió en 2015 y 2016, cuando su economía encogió cerca de 7 puntos porcentuales. El PIB brasileño creció un 1,3 % en 2017 y en 2018, y un 1,1 % en 2019.