Tras salir expulsados en medio de un volcamiento con el que concluyó una persecución policial, dos personas perdieron la vida en el estado de Nuevo México, en lo que aparenta ser una operación de captura de tratantes humanos.
El suceso tuvo lugar el sábado y fue divulgado el domingo por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés). De acuerdo al informe oficial las dos personas fallecidas viajaban en un vehículo que transportaba a inmigrantes ilegales cerca de la frontera con México.
El parte policial es ambiguo en torno a precisar si los muertos son ilegales o parte de los traficantes, solo resaltan que iban en la parte posterior de una furgoneta gris que circulaba por una autopista entre las localidades de Columbus y Santa Teresa, en el condado de Doña Ana.
Se especificó que el número de ocupantes del vehículo que volcó era de nueve y que la persecución se inició después de que las autoridades de la CBP de El Paso (Texas) fueran alertadas por una denuncia de una posible entrada irregular al país. Al detectarlos, los agentes intentaron darle el alto.
El reporte policial da cuenta de que la furgoneta no se detuvo, lo que dio lugar a una persecución a alta velocidad por la autopista, que terminó cuando las autoridades desplegaron una cadena de púas para obligar a frenar al conductor del vehículo.
Sin embargo, éste optó por girar bruscamente, lo que provocó que la furgoneta volcara de manera violenta.
“El vehículo esquivó el dispositivo, comenzó a girar sobre sí mismo y dos personas salieron disparadas. Los agentes prestaron asistencia médica inmediatamente y contactaron con los servicios sanitarios y la policía del estado de Nuevo Mexico”, detalla el comunicado del CBP.
Las autoridades certificaron la muerte de los dos individuos que habían salido expulsados de la furgoneta y procedieron a arrestar al resto de pasajeros.
Cinco de los detenidos presentaban heridas de diversa consideración, por lo que fueron trasladados a un hospital próximo, donde fueron atendidos.
El conductor del vehículo ha sido identificado como un ciudadano estadounidense de 27 años de edad.
Las autoridades han señalado que no se divulgará la identidad de las víctimas hasta que sus familias sean notificadas adecuadamente.