El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, recibió el alta médica este jueves 2 de julio, tras estar más de dos semanas hospitalizado por COVID-19. El mandatario que se encontraba recluido en el Hospital Militar de Tegucigalpa desde el 16 de junio, aseguró haber sentido que estuvo “entre la vida y la muerte” y que ahora seguirá en aislamiento en su residencia.
“No le deseo esto a nadie, yo quisiera que ninguno de nuestros compatriotas se contagiara, que ningún ser humano pase por la angustia de estar entre la vida y la muerte, como la pasamos los infectados”, comentó el jefe de Estado.
El mandatario fue hospitalizado luego de sentir malestar de que las pruebas de laboratorio PCR que le practicaron dieran positivo con infiltrados pulmonares y un cuadro de neumonía. Mientras que su esposa, Ana García, que también contrajo la enfermedad, no fue hospitalizada porque está asintomática y se le recomendó seguir un tratamiento en casa.
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La doctora Alicia Jiménez, médico tratante indicó que el mandatario ha mostrado en los últimos días una “paulatina y franca mejoría en su estado general con disminución en la sintomatología respiratoria y descenso en sus marcadores inflamatorios”.
Añadió que el presidente deberá continuar con medicamentos y cuidados generales en casa, cumpliendo aislamiento domiciliario, siguiendo los protocolos médicos y pendiente de su prueba PCR de control.