El aumento de la violencia con armas de fuego en Filadelfia está ocurriendo en vecindarios también muy afectados por el coronavirus, según una nueva investigación de la Universidad de Pensilvania. Como muchas otras grandes ciudades urbanas, la comunidad minoritaria de Filadelfia está recibiendo una doble dosis de trauma con la violencia de las armas y COVID-19.
Se espera que empeore con la próxima ola de calor.
El pico de violencia está ocurriendo principalmente en el norte y el oeste de Filadelfia, donde nuevas investigaciones muestran que también ha aumentado el número de personas infectadas con COVID-19.
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“Es un momento realmente crítico”, dijo el Dr. Zaffer Qasim, de Penn Medicine.
Qasim, un médico del departamento de emergencias, dirigió el estudio en la Universidad de Pensilvania. A pesar de que la ciudad estuvo bajo la orden de permanecer en casa durante meses, eso no detuvo la propagación de COVID-19 o la violencia en algunos vecindarios que ya estaban en dificultades.
“La gente perdió sus trabajos, la gente tenía mucho más tiempo sin estructurar”, dijo Qasim, “donde estaban en casa o cerca. El estrés y las tensiones pueden ciertamente haber aumentado por la incapacidad de trabajar y mantener a sus familias”.
¿Es esto una conexión con la pobreza?
“Sí, ciertamente puedes decir eso”, dijo Qasim. “Las pobres condiciones socioeconómicas llevan a una serie de problemas”.
Durante la pandemia, también se ha producido un aumento de la venta de armas que afecta de manera desproporcionada a las minorías, una comunidad especialmente afectada por el coronavirus debido a las altas tasas de diabetes, obesidad e hipertensión que aumentan el riesgo de infección y las complicaciones graves.
“Los residentes de estos barrios se enfrentan a importantes disparidades en el acceso a la atención médica”, dijo Qasim.
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Aunque los casos de COVID-19 se han estabilizado, se espera un nuevo aumento, y se espera que la violencia con armas de fuego que tradicionalmente aumenta en el verano empeore. Todo esto suena como una confluencia de muchas circunstancias difíciles que muchas personas en Filadelfia van a tener que enfrentar.
“Ciertamente no es un momento en el que podamos bajar la guardia”, dijo Qasim.
La investigación de Penn también mostró menores tasas tanto de COVID-19 como de violencia en los barrios más prósperos de Filadelfia.