El peso chileno cayó este martes 12 de noviembre (-5,3%) y se negociaba en 800 unidades por dólar en las casas de cambio de Santiago, alcanzando su mínimo valor histórico en medio de las masivas protestas que ya casi cumplen cuatro semanas.
La moneda local había cerrado el lunes en 760 unidades frente al dólar, con un incremento de 40 pesos por dólar hacia el mediodía. Su menor valor histórico hasta la fecha se registró el 10 de octubre de 2002 cuando se cotizó en 761 pesos por dólar.
El peso chileno amplió su desplome tras casi cuatro semanas de fuertes protestas sociales y después de que el Gobierno de Sebastián Piñera anunciara el camino hacia una nueva Constitución.
El 18 de octubre cuando estallaron las protestas el peso chileno se transaba en 709 unidades.
“Es una señal de inquietud que estamos siguiendo muy atentamente”, dijo el ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
Refirió además que la caída del peso “tiene impactos en los precios, la inflación, en toda la cartera de bienes que consumimos y marca una preocupación”.
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La Bolsa de Comercio de Santiago caía un 3,38% pasado el mediodía del martes.
En un comunicado el Banco Central dijo que el descenso del peso era “esperable en un contexto de mayor incertidumbre como la observada”, pero destacó los “fundamentos de la economía”.
“Chile cuenta con un sistema financiero solvente, una baja exposición cambiaria de los agentes económicos, una situación fiscal sólida, un nivel adecuado de reservas internacionales y fondos soberanos, expectativas de inflación ancladas en 3% y una política monetaria que se ha ido adaptando oportunamente a las circunstancias”, explicó el instituto emisor.
El ente emisor agregó que “en el ámbito político, en los últimos días se han producido avances relevantes en la forma de acuerdos transversales en materias tributaria y presupuestaria que debieran reducir los niveles de incertidumbre actual”.
Continúa conflictividad
Con barricadas incendiarias en varios puntos de Santiago y una multitudinaria marcha por una céntrica avenida capitalina, se vivió el martes un llamado a paro general en Chile convocado por organizaciones sociales para presionar al gobierno de Sebastián Piñera para que profundice en las reformas sociales.
Las fogatas impidieron en la mañana el paso de vehículos en algunos accesos a Santiago y una gran marcha convocó a decenas de miles de personas por la céntrica avenida Alameda, cubierta en ambas calzadas por manifestantes que exigían la renuncia del mandatario.
Con banderas chilenas y de las asociaciones gremiales que asistieron a la protesta, los manifestantes se agruparon en Plaza Italia para luego marchar varias cuadras hasta la sede de la Central Unitaria de Trabajadores, pasando frente a la sede del Gobierno.
También hubo protestas en otras ciudades de Chile como Arica, Antofagasta, Concepción, Rancagua y Valparaíso, esta última alberga al congreso nacional que tuvo que suspender actividades.
El llamado a huelga general se produce a más de tres semanas de que estallaran las primeras protestas sociales, con ataques a la mitad de las estaciones del metro de Santiago, saqueos a tiendas y supermercados, y masivas manifestaciones callejeras.
La huelga fue convocada por la llamada “Mesa Social”, que reúne a más de un centenar de organizaciones sociales, entre ellas la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, el Colegio de Profesores, trabajadores de la salud pública, empleados portuarios y de los aeropuertos.