El Pentágono ya despachó la nota con la que oficialmente se inicia el repliegue de las tropas estadounidenses en Siria, un trámite burocrático solicitado por el presidente Donald Trump y que ha sido firmado por el Secretario de Defensa en trámites de salida, James Mattis.
Se trata de un contingente de cerca de dos mil soldados acompañados de un importante tonelaje de equipo militar con el que las fuerzas castrenses etiquetadas al hombro con “barras y estrellas”, formaron parte de una coalición internacional con miras a derrotar al Estado Islámico.
Esa coalición colaboraba con las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza encabezada por milicias kurdas y que teme que la retirada de Washington provoque un resurgimiento del EI.
“La orden para Siria ha sido firmada”, se comunicó a través de CNN. El material de prensa se atribuye a un portavoz del Pentágono que no ofreció más detalles sobre los plazos fijados para el repliegue de los militares.
Según de acuerdo al gran canal televisivo de Atlanta, la orden ha sido firmada por el general James Mattis, que abandonará su cargo como secretario de Defensa en enero de 2019.
El jueves pasado en un evento administrativo construido sobre la sobriedad institucional que caracteriza al sector castrense, el general Mattis anunció su salida del Ejecutivo, un día después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, proclamara la “derrota” del EI en Siria y anunciara el repliegue de los solados desplegados en ese país como parte de una coalición internacional.
Mattis dimitió a través de una elegante carta de renuncia en la que criticó la decisión del presidente Donald Trump, quien declaró una precipitada victoria sobre la lucha contra el Estado Islámico.
A la decisión de Mattis, le ha seguido la renuncia del enviado especial de Estados Unidos para la coalición contra el EI, Brett McGurk, en protesta por la salida de Siria.
Brett H. McGurk es un diplomático estadounidense especial presidencial para la Coalición Global para Contrarrestar el EIIL.
Fue nombrado por el presidente Barack Obama el 23 de octubre de 2015 y fue retenido en ese cargo por la administración Trump.
Tanto Mattis como McGurk han expresado públicamente su preocupación por la forma en que Washington ha tratado a sus aliados en Siria.
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En su carta de renuncia, Mattis hizo una férrea defensa del sistema de alianzas de EE.UU. en el mundo y opinó que Washington debe “tratar a sus aliados con respecto”, así como ser “resuelto e inequívoco” en la forma en que lidia con sus competidores, entre los que mencionó a China y Rusia.
Frente a ello, en líneas generales, el mandatario apuesta por una estrategia aislacionista y considera que sus socios “se aprovechan” del liderazgo estadounidense.
En el caso de Siria, Trump cree que ha cumplido su objetivo al derrotar militarmente a los yihadistas y considera que otros países, como Turquía, pueden terminar el trabajo que Estados Unidos ha iniciado en ese país.
De hecho, Erdogan ha dicho que él mismo prometió a Trump el 14 de diciembre que Turquía se encargará de “limpiar” Siria del EI.
Según la coalición internacional liderada por Estados Unidos, al Estado Islámico solo le queda en Siria e Irak 1% del territorio que llegó a dominar en 2014, cuando proclamó su califato.