La pandemia de COVID-19 cambió al mundo y ahora, toca buscar alternativas para mejorar la actualidad, especialmente para personas que tienen alto riesgo de enfermarse. Primero vinieron las vacunas con un halo de esperanza, pero se han incrementado las dudas y el radicalismo antivacuna. Por otro lado, las nuevas variantes que conocemos amenazan la inmunización, pero eso no ha detenido a la ciencia. Ahora se plantea un medicamento.
Las farmacéuticas estadounidenses Merck (MSD) y Pfizer anunciaron resultados alentadores para los primeros tratamientos orales contra la COVID-19, de igual manera, un antidepresivo mostró signos prometedores, lo que podría abrir un nuevo capítulo en la lucha contra la pandemia.
Estos tratamientos orales, píldoras o pastillas, se administrarían en cuanto aparecen los primeros síntomas de COVID-19, con el objetivo de evitar formas graves de la enfermedad y, por tanto, la hospitalización.
Tras meses de investigación, dos gigantes farmacéuticos estadounidenses anunciaron que lo consiguieron: Merck, a principios de octubre, con el molnupiravir, y Pfizer, en noviembre, con el paxlovid. Este último ha destacado en un estudio actualizado su eficacia.
Los resultados de Pfizer para su tratamiento experimental para COVID-19 mostraron que reduce el riesgo de hospitalización o muerte en un 89% si se administra a adultos de alto riesgo a los pocos días de sus primeros síntomas.
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Pfizer espera poder ofrecer eventualmente las píldoras, bajo el nombre de Paxlovid, para que las personas las tomen en casa antes de que se enfermen lo suficiente como para ir al hospital. Paxlovid combina un nuevo medicamento antiviral llamado nirmatrelvir y uno más antiguo llamado ritonavir.
Después de un mes de seguimiento, el estudio encontró cinco hospitalizaciones y ninguna muerte entre 697 personas que recibieron el medicamento dentro de los primeros tres días de síntomas. Entre 682 que recibieron placebo, 44 fueron hospitalizados, incluidos 9 que murieron. Todos los adultos de este estudio no estaban vacunados.
Se trata de antivirales que actúan reduciendo la capacidad de replicarse del virus, frenando así la enfermedad.
En paralelo, un antidepresivo, fluvoxamina, mostró resultados alentadores en la prevención de las formas graves de la COVID-19, según un estudio publicado en octubre por investigadores brasileños en la revista Lancet Global Health.
No sustituyen a la vacuna
Estos fármacos complementarían, pero no sustituirían, a la vacunación en el arsenal terapéutico contra el virus.
Aunque ya existen tratamientos –principalmente en forma de anticuerpos sintéticos– son fármacos para pacientes que ya padecen formas graves de la enfermedad y que se inyectan por vía intravenosa y por tanto son complejos de administrar. En cambio, una píldora o un comprimido puede recetarse rápidamente al paciente, que puede tomarlo fácilmente en casa.
La Dra. Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades(CDC) dijo el martes en el programa Today de NBC que el tratamiento podría ser «otra gran herramienta en nuestra caja de herramientas», pero enfatizó que vacunarse y protegerse sigue siendo la mejor decisión contra COVID- 19.