Beto O’Rourke, precandidato presidencial demócrata con una modesta posición en el track de las primarias progresistas, ha dicho que de llegar a la Casa Blanca, impulsaría una reforma de la Ley contra el Crimen de 1994 con miras a terminar con el encarcelamiento masivo que mayoritariamente pone tras las rejas a gente de color.
El líder político que en el pasado fue congresista por Texas, ha dicho que con miras a completar su reforma legal, invertirá 500 millones de dólares en un programa piloto para desarrollar alternativas al encarcelamiento.
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O’Rourke en su campaña está haciendo énfasis en alternativas de rehabilitación que alejen a las personas que cometen crímenes menores del encierro. Durante un acto de campaña el demócrata nativo de El Paso, Texas, dijo que “es inaceptable que Estados Unidos, el hogar de los libres, encierre más de los nuestros que cualquier otro país en la faz de la Tierra, ya que seguimos teniendo la mayor población carcelaria del mundo, compuesta desproporcionadamente por personas de color”.
Fin de cárceles privadas
La reforma que sugiere Beto O’Rourke no termina con las penas, el espigado texano se ha propuesto, alineado al pensamiento de varios de sus correligionarios, a dar fin a los sistemas penitenciarios privados con fines de lucro y pondría fin al sistema de fianzas en efectivo.
O’Rourke se ha mostrado partidario, al igual que muchos de sus colegas progresistas que se mueven en las primarias presidenciales 2020, para pedir la prohibición de las prisiones privadas, voces que incluyen al ex vicepresidente Joe Biden, el senador Bernie Sanders, la senadora Elizabeth Warren, la senadora Kamala Harris y la senadora Cory Booker.
De acuerdo a la prensa que ha hecho seguimiento a las recientes acciones proselitistas de O’Rourke, se sabe que el candidato también dijo que se había fijado la meta de reducir el encarcelamiento en al menos 25 mil reclusos durante su primer mandato y que pediría a los gobernadores que establecieran sus propias metas de clemencia “agresivas”.
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Asimismo en función de reactivar derechos civiles, según él, injustamente conculcados, agregó que restauraría el derecho al voto para las personas anteriormente encarceladas.
Sin pena de muerte
Una de las metas en materia legal, carcelaria y punitiva contra la que más duro tendrá que luchar, será en su proyecto de abolir la pena de muerte.
La pena capital es legal en 29 estados, y a nivel federal en los sistemas legales civiles y militares. Por su parte, los diferentes Estados que mantienen la pena de muerte en sus leyes para delitos estatales han ejecutado desde 1976 (año en que la Corte Suprema de los Estados Unidos levantó una suspensión que previamente había impuesto a la pena de muerte) hasta el 2019 a un total de unos 1498 reos. Si se le suman los tres ejecutados por el Gobierno Federal, sumarían 1501 desde 1976. Durante el año 2018 fueron ejecutados 25 reos.
De acuerdo a O’Rourke hay que “dar prioridad al tratamiento justo y a la rehabilitación durante el encarcelamiento”. Casi todos los demócratas que se presentan en las primarias han dicho que eliminarían la pena capital.
O’Rourke dijo que también ampliaría el acceso a la atención de la salud y pondría a disposición de los presos las subvenciones Pell y aumentaría el acceso a los programas de aprendizaje.