Henrique Valladares, exvicepresidente de la enorme constructora brasileña Odebrecht y uno de los principales denunciantes de la operación Lava Jato, fue hallado muerto el miércoles por familiares en el apartamento en que vivía en el acomodado barrio de Leblon, en la zona sur de Río de Janeiro.
La prensa local dice que el exejecutivo ofreció información incriminatoria sobre pagos turbios al excandidato presidencial Aécio Neves (del conservador Partido de la Social Democracia Brasileña) y a Edison Lobão, exministro de Minas y Energía del Gobierno de Dilma Rousseff (2003-2011), entre otros políticos involucrados en el caso Odebrecht, uno de los más grandes escándalos de corrupción de América Latina.
Medios locales informaron que según la policía, el cadáver de Valladares fue entregado a su familia tras ser examinado por el forense. El cuerpo fue sometido a una autopsia que no permitió establecer los motivos de la muerte, por lo que su fallecimiento se registró como provocado por “causa indeterminada”, antes de ser entregado a sus familiares, según indicó la Policía Civil.
Valladares fue uno de los más importantes informantes en la operación Lava Jato, la vasta pesquisa anticorrupción que ya llevó a prisión a numerosos políticos y empresarios de Brasil, y también en otros países de América Latina, desde su inicio en el 2014.
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El ejecutivo fue responsable de dar información clave a la Justicia que involucraba en el caso Odebrecht al diputado Aécio Neves del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), a Edison Lobão, senador del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y exministro de Minas y Energía del Gobierno de Dilma Rousseff (2003-2011), e incluso a líderes indígenas y miembros de la Central Única de los Trabajadores (CUT).
De acuerdo con el diario Folha de Sao Paulo, Valladares declaró que los pagos que hizo a Neves llegaron a 50 millones de reales (12,2 millones de dólares) y fueron depositados en cuentas bancarias en el extranjero.
Según el grupo de trabajo Lava Jato en Curitiba, el exministro de Minas y Energía Lobão realizó una “visita de cortesía” al entonces presidente de Odebrecht Energía, para solicitar ventajas indebidas en los contratos para las obras de construcción de la central hidroeléctrica de Belo Monte en Pará.
En ambos casos, de acuerdo con la prensa brasileña, Odebrecht pidió a cambio beneficios en el área energética. El ejecutivo incluso mencionó pagos al jefe de la tribu indígena en las regiones de interés para la empresa.
Valladares agregó que pagó sobornos a los indígenas para que no crearan problemas con las represas hidroeléctricas de Santo Antônio y Jirau en Rondônia. El dinero ilegal también se destinó a sindicalistas de la CUT para impedir manifestaciones.