Las muertes por opiáceos son una espina invisible que martiriza a la campaña para la reelección de Donald Trump. Los ataques demócratas ante su gestión en el manejo de la COVID-19 han sido arteros. La Oficina de Campaña del Presidente ha diligenciado todas las respuestas. Sin embargo la crisis por opiáceos es un enemigo intangible, al igual que sus citados “votos ocultos”.
Según el Almirante Brett Giroir, secretario asistente de salud “básicamente todo está apuntando en la dirección equivocada”. Él es experto en políticas sobre opiáceos del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Giroir describió los recientes aumentos en las sobredosis de opiáceos como “una pesadilla”. Lo hizo durante un panel de discusión a finales de julio. Añadió que “todo el progreso que hemos hecho se ha revertido y esto es incluso antes de la pandemia”.
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Los datos para la elaboración de esta nota han sido tomados del trabajo de Brian Mann publicados por NPR. El producto editorial recordó la promesa de 2016 en la primera aspiración presidencial de Trump. “Vamos a detener la entrada de drogas en New Hampshire y en nuestro país al 100%”, dijo el magnate neoyorquino.
Aumentan las muertes por opiáceos
Las muertes por opiáceos en 2017 llevaron al cementerio a más de 42.000 estadounidenses. Fallecieron por sobredosis. Los datos provienen de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Antes de que el coronavirus atacara, los opiáceos eran considerados como la principal crisis de salud pública de la nación. El presidente Donald Trump reaccionó ante esa realidad e hizo algunos movimientos para encarar la crisis sanitaria. El asunto tendió a la merma, pero jugadas burocráticas y retiro de presupuestos empeoraron la situación. Los avances de 2018 desaparecieron rápidamente debido a la ausencia de una política de la Administración.
Durante 2019 el número de sobredosis volvió a aumentar hasta alcanzar un nuevo récord con más de 50.000 muertes relacionadas con los opiáceos. Los datos preliminares del CDC muestran otro gran aumento de muertes durante los primeros cuatro meses de 2020.
Sin ninguna estrategia
Las muertes por opiáceos se elevaron porque EEUU pasó dos años sin una estrategia nacional. Los investigadores citados por NPR afirman que el fentanilo ha seguido propagándose rápidamente. Los esfuerzos para su interceptación no ha sido suficientes. La ausencia de una política ha contribuido a que se produzcan más muertes por sobredosis en el oeste de los Estados Unidos, donde el opioide sintético había sido escaso.
En diciembre, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno publicó un informe. En él se criticaba a la administración por no haber elaborado una estrategia nacional. No existía coherencia en materia de opioides como exige la ley.
“La ONDCP no emitió una estrategia nacional de fiscalización de drogas ni para 2017 ni para 2018”, concluyó la GAO.
La ONDCP rechazó una solicitud de entrevista para esta historia. Sin embargo un portavoz dijo a NPR en un correo electrónico que la agencia ha abordado las preocupaciones de la GAO y está funcionando una vez más en pleno cumplimiento.
Todo podría ser peor
Los expertos en política de drogas aludidos por NPR dicen que las cosas podrían empeorar. Esto ocurriría en los próximos meses si Trump tiene éxito en el desmantelamiento de la Ley de Atención Asequible. Las muertes por opiáceos podrían dar un salto exponencial.
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El programa creado durante la administración de Obama subvenciona los programas estatales de Medicaid. Ellos proporcionan cobertura de seguro para aproximadamente el 40% de los estadounidenses que reciben tratamiento para adicción a los opiáceos.
“Hemos visto grandes aumentos en el número de personas que van a los programas de tratamiento”, dijo Brendan Saloner, un investigador de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins.