Aterrada, nerviosa y con una felicidad entreverada en el alma por estar de nuevo en su país, se presentó en conferencia de prensa la actriz mexicana Kate del Castillo, quien estuvo tres años fuera de su terruño tras el acoso de la que fue víctima por la administración Peña Nieto cuando el torbellino del Chapo Guzmán se desató.
La señora de las “Mex Soap Opera” quien encarnó a la poderosa “Reina del Sur”, dijo frente a representantes de los 150 medios entre nacionales y extranjeros, que su extrañamiento de México fue consecuencia de haber sido injustamente relacionada con el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán a quien entrevistó en octubre de 2015.
La hermosa capitalina dijo tres cosas importantes en la reunión con los medios.
La primera que fue traicionada por el actor estadounidense Sean Penn, quien al parecer fue quien proporcionó información a las autoridades de su país para dar con el paradero de Guzmán y su posterior detención.
Segundo, que no está interesada en hacer una película o producción audiovisual alguna sobre la vida del narcotraficante mexicano que es procesado en Nueva York.
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Por último señaló que demandó al Estado mexicano y espera que éste la indemnice por el daño moral y a su imagen causada por diversas acusaciones y señalamientos por una cifra de aproximadamente 60 millones de dólares.
Esta vorágine pasional propia del entrono de las celebridades, se escenificó durante una rueda de prensa en el piso 51 de uno de los edificios más altos de Ciudad de México.
Las primeras palabras dadas a la prensa en su tierra natal fueron que estaba “nerviosa y muy emocionada por estar aquí, se me salen las lágrimas de la emoción”.
“Vengo directo del aeropuerto, emocionada y feliz hice esta conferencia para agradecer su apoyo”, añadió la también intérprete de la serie “Ingobernable”, ante más de 150 medios de prensa que asistieron a la conferencia.
Kate del Castillo leyó un comunicado y se mantuvo acompañada durante la conferencia por tres de sus abogados, quienes la asesoraron en sus respuestas y la han representado durante este “doloroso” proceso.
“Si vengo hasta ahora a México es por la desconfianza que yo y mis abogados le tenemos al anterior gobierno mexicano que encabezó por Enrique Peña Nieto, y deseo que le vaya excelentemente bien al nuevo gobierno que lidera Andrés Manuel López Obrador”, expresó.
Narró que en su momento se sintió “perseguida” por las autoridades de la pasada administración, quienes montaron “un juicio mediático” y mencionó “no estar interesada” en llevar a cabo una película, serie o documental sobre Guzmán.
Apuntó además que no ha sido llamada a testificar en el juicio del Chapo Guzmán que se desarrolla actualmente en Nueva York desde hace varias semanas.