Un visitante inesperado recorrió las calles del municipio de Puerto Berrío en el departamento de Antioquia, Colombia, la noche del pasado miércoles. Un poco asustados los lugareños activaron las cámaras de sus teléfonos celulares para grabar las imágenes de un hipopótamo que se paseaba frente a sus casas.
Los testigos del hecho difundieron en sus redes sociales varios videos que registraron el momento. En las imágenes se observa al animal caminando tranquilamente, sin atacar a las personas y las casas. Los vecinos tampoco lo ahuyentan y por lo contrario lo dejan continuar con su recorrido.
El hipopótamo en parsimonioso paseo, recorrió una zona residencial a altas horas de la noche.
Según la información recogida por el portal de noticias Pulzo, el animal caminaba por las calles quizá en busca de comida. Los vecinos no daban crédito a lo que estaban viendo, los niños gritaban y los perros ladraban mientras el hipopótamo pasaba frente a sus casas.
En mayo de 2018 se registró una situación similar en el corregimiento El Doradal, también en Antioquia. Un hipopótamo también fue captado mientras caminaba por el pueblo.
A más de 25 años después de la muerte de Pablo Escobar Gaviria, considerado el mayor narcotraficante de todos los tiempos, Colombia aún no se libra de las consecuencias de su legado.
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Informes no oficiales indican que actualmente existe una población de entre 60 y 70 hipopótamos que viven en la cuenca media del río Magdalena. La mayoría de las personas que los avistan los reconocen como los “hipopótamos de Pablo Escobar”.
Cuatro hipopótamos, junto a muchos otros animales exóticos que no son propios de los ecosistemas suramericanos, llegaron a Colombia procedentes de África y otros continentes en las décadas de los 80 y 90 para formar parte del excéntrico zoológico que el capo de Medellín tenía en la hacienda Nápoles, en el municipio de Puerto Triunfo, a 165 kilómetros de Medellín, en el departamento de Antioquia, en el occidente de Colombia.
En el lugar cohabitaban más de 1.900 especies que Escobar compró en el mercado negro de animales exóticos alrededor del mundo.
Una vez se hizo extinción de dominio a los bienes del narcotraficante, muchos de los animales fueron llevados a zoológicos, pero los hipopótamos quedaron en libertad y aprovechando su capacidad de permanecer sumergidos en el agua durante varios minutos, poco a poco, a pesar de su gran tamaño y peso, se fueron dispersando en los caños y lagos cercanos al río Magdalena.
Tras la muerte del capo y la extinción de dominio de sus propiedades, los hipopótamos escaparon y se fueron dispersaron en los caños y lagos cercanos al río Magdalena y se procrearon sin control en la zona del Magdalena Medio.
A los largo de los años las autoridades han capturado progresivamente a algunos ejemplares que luego fueron enviados a parques y zoológicos de Colombia y también a otros países.
Sin embargo, todavía quedan ejemplares deambulando por la región. El parque turístico en el que se convirtió la Hacienda Nápoles se ha encarga de hacerles seguimiento.