El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha enviado en una semana cuatro autobuses llenos de migrantes indocumentados a la capital de Estados Unidos.
De esa forma el mandatario texano rechaza la política migratoria de la Administración Biden. La mayoría de los migrantes detenidos por las fuerzas fronterizas provienen de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Muchos de ellos tenían como destino Florida y Texas luego de abandonar sus países cuyos regímenes los mantienen en la miseria. “Al transportar migrantes a Washington DC la Administración Biden podrá satisfacer de manera más inmediata las necesidades de las personas a las que permite cruzar nuestra frontera”, señaló el gobernador Abbott.
As the Biden Administration fails, Texas continues to take unprecedented action to secure our border. pic.twitter.com/ZTwZP7UCIt
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) April 19, 2022
“Texas no debería tener que soportar la carga del fracaso de la Administración Biden para asegurar nuestra frontera”, añadió. Según Abbott, la decisión de la Casa Blanca de suspender las expulsiones bajo el Título 42, implementado bajo la Administración de Donald Trump como medida de contención ante la pandemia, pone en riesgo la seguridad del estado y del país.
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Texas, uno de los estados más afectados por la inmigración ilegal, seguirá con el envío de migrantes detenidos a Washington DC, exactamente al Capitolio, para que la Casa Blanca comprenda lo que viven todos los días los texanos con la llegada de miles de inmigrantes, indicó Abbott.
Organizaciones defensoras de la comunidad migrantes denunciaron que la medida del gobernador republicano responde a intereses personales por las próximas elecciones.
Entre los migrantes que llegaron a Washington DC se encuentra Karla, una joven venezolana que fue entrevistada por La Voz de América. Ella recuerda con estupor el haber cruzado el tapón del Darién, una espesa selva situada entre Colombia y Panamá.
No state has done more to secure the border than Texas. pic.twitter.com/8oJYTpKP8N
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) April 18, 2022
“En el transcurso de venir hasta acá, nosotros tuvimos que durar nueve días metidos en una selva. En esa selva no teníamos comida, agua solamente se encuentra en los ríos”, dijo la venezolana de 20 años.
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Pero, sin duda, dice que lo más traumático fue ver “niños muertos, mujeres embarazadas muertas, ya descompuestas”, además de dormir a orillas del río en carpa o, incluso, tener amenaza de aborto, tras la fatiga de tantos días caminando. Muchos arriesgan sus vidas con tal de huir de esos regímenes.
También recordó cómo tuvo que sortear el Río Bravo. “En ese momento, no estaba crecido, pero la corriente es demasiado fuerte. Cruzamos con niños; veníamos 26 venezolanos. De ahí nos tocó caminar un buen rato hasta llegar a una avenida y donde nos agarraron los militares de acá”.