Mientras que en muchos países del mundo los niños y sus padres se centran en elegir las mochilas o morrales que más les gustan por colores, tamaños o diseños en los que aparecen sus personajes animados favoritos, en Estados Unidos la situación es en extremo diferente. Los “backpacks” antibalas para escolares son los más solicitadas.
La demanda de las mochilas a prueba de balas aumentó después del tiroteo en una escuela de Parkland, Florida, ocurrido en febrero de 2018. Ahora que la temporada de regreso a clases está próxima, los recientes tiroteos en El Paso, Texas, y en Dayton, Ohio, que causaron 32 muertos, han generado una atención renovada en estos productos, reseña The New York Times.
En un acontecimiento indeseable, una cantidad cada vez mayor de empresas está vendiendo mochilas a prueba de balas en las ofertas de regreso a clases, las cuales promueven entre los padres que están desesperados por proteger a sus hijos de ataques con armas de fuego.
Algunos reportes indican que en algunas tiendas los “backpacks” antibalas con precios que suelen estar entre 100 y 200 dólares, se han agotado. Meses antes del tiroteo en la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, una escuela privada cristiana de Miami también vendía paneles protectores para insertar en las mochilas como escudos antibalas, con un costo de 120 dólares.

Roman Zrazhevskiy de la empresa ReadyToGoSurvival.com, con sede en Austin, Texas, aseguró al Houston Chronicle que su compañía ha registrado un aumento grande en los pedidos de mochilas a prueba de balas durante los últimos días.
“Normalmente vendemos 100 unidades al mes, pero hemos vendido 300 unidades en los últimos días”, dijo Zrazhevskiy quien refirió además que la mayoría de sus clientes están en Florida, California y Nueva York.
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Este año, ArmorMe, una empresa de defensa personal dirigida por Gabi Siboni, un ex soldado en Israel, comenzó a vender una mochila a prueba de balas que se puede desdoblar para convertirse en una protección más grande.

Otra empresa, Guard Dog Security, comenzó a vender mochilas a prueba de balas poco después del tiroteo en la Escuela Primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012. La firma lanzó recientemente un modelo que cuesta menos de 100 dólares.
Yasir Sheikh, el director de Guard Dog Security, reconoció que las mochilas eran menos efectivas para bloquear disparos de armas semiautomáticas poderosas, como las que se usaron en Sandy Hook.
Kamala Harris, senadora de California y precandidata demócrata a la presidencia, dijo que las mochilas a prueba de balas son un símbolo del problema más grande de la violencia relacionada con las armas en Estados Unidos. “No debería ser necesario que los padres compren una mochila a prueba de balas para que sus hijos estén seguros en la escuela. Esto no debería ser normal”, publicó en Twitter.