Nuevamente “Saturday Night Live” a desnudado el mesurable sentido del humor del presidente Donald Trump, quien visiblemente molesto ha invitado a autoridades del Estado a que “investiguen” al programa de comedia debido a las burlas hacia él.
Desde 1975 “Saturday Night Live”, al igual que todos los programas que usan la sátira como insumo para sus producciones, ha utilizado trazos de la vida nacional protagonizados por los presidentes de los Estados Unidos, e incluso han caracterizado a dignatarios de otras naciones con la finalidad de hacer reír y entretener.
El chiste en esta información es que el Jefe de la Casa Blanca no halla comicidad en el programa humorístico y planteó la posibilidad de que las autoridades electorales y de regulación de comunicaciones del país investiguen a “Saturday Night Live” y a otros late show donde se burlan de él.
“Es verdaderamente increíble que programas como ‘Saturday Night Live’, que no son graciosos y no tienen talento, pueden pasar todo su tiempo golpeando a la misma persona (yo), una y otra vez, sin mencionar siquiera al ‘otro lado’. Es como un anuncio sin consecuencias. Igual que los programas de ‘late night'”, consideró Trump.
“¿Deberían investigar esto la Comisión Federal Electoral y/o la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones)? ¡Seguro que hay coordinación con los demócratas y, por supuesto, con Rusia! Es una cobertura tan sesgada, en su mayoría noticias falsas. Así es difícil creer que gané y sigo ganando”, escribió en su cuenta de la red social Twitter.
Nuevamente molesto
No es la primera vez que Trump la emprende contra “Saturday Night Live” o que desmerite la calidad actoral de Alec Baldwin, quien ha sido el encargado de caracterizarlo. Lo curioso está en que la última aparición del “Trump de Saturday”, no fue un material nuevo. Sino la retransmisión de una parodia que ya había hecho molestar al mandatario.
El sábado pasado el público vio un capítulo estrenado en diciembre en el que Baldwin, caracterizado como Trump, se imaginaba su vida si nunca hubiera sido elegido presidente, con guiños a la película de 1946 “It’s a Wonderful Life”.
Saturday Night Live ha parodiado a Donald Trump desde 1988, desde su época como agente de bienes raíces, como anfitrión de The Apprentice, y en su presidencia.
Ante el abrumado espíritu presidencial, es menester hacer algunas conceptualizaciones. Joseph Klatzmann, en su obra L’Humour juif, define el humor según su necesidad: “Reír para no llorar”. Más pesimista, se puede citar a Nietzsche: “El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa”, concepción que lo aproxima a la filosofía cínica y que establece que el humor es, en el fondo, un tipo de catarsis o contraveneno espiritual que hace más soportable la existencia, como el arte.
El primero en parodiar a Trump en “Saturday Night Live” fue Phil Hartman en el período que cubrió 1988–1990. El testigo lo recibió Darrell Hammond quien caracterizó al ahora Jefe de la Casa Blanca en dos periplos, 1999–2011 y 2015–2016. Luego surgió la oportunidad para Taran Killam, quien debutó en 2015 con el sketch “A Message From Donald & Melania Trump”. Por último el aquilatado Alec Baldwin desde 2016 hasta el presente es el responsable de hacer enfurecer al presidente de los Estados Unidos.
Catarsis del grito
Sobre este horizonte común parece graciosa la investigación federal con la que amenazó Trump, debido a que no sería tan fácil de abrir, dado que tanto la FCC como la Comisión Federal Electoral (FEC) son agencias independientes del Gobierno, lideradas por algunos miembros de tendencia republicana y otros de carácter demócrata. La petición presidencial pareciera una catarsis que usa el grito como medio de liberación, así como cuando recientemente escribió “¡VETO!” en su cuenta Twitter.
La intervención de la FCC, que regula las comunicaciones en Estados Unidos, sería en todo caso más probable que la de la FEC, que solo podría investigar los programas de humor si hubiera sospechas de lazos ilegales con intereses electorales, como insinuó Trump.
La FCC fue creada en 1934 con la Ley de Comunicaciones y es la encargada de la regulación, incluyendo censura, de telecomunicaciones interestatales e internacionales por radio, televisión, redes inalámbricas, teléfonos, satélite y cable.
La amenaza del presidente contrastó con otros de sus tuits, en los que defendió a dos presentadores de su canal favorito, Fox News, que han generado polémica por sus comentarios racistas, Jeanine Pirro y Tucker Carlson.