El “testigo” ya está en manos de la Cámara de Representantes en pleno, que posiblemente el martes votará los dos artículos que fueron aprobados hoy por el Comité Judicial en los que se repite invariablemente que Trump es susceptible de ser llevado a un juicio político por abuso de poder y obstrucción a una investigación en el Congreso.
Hoy el Comité de Justicia de la Cámara Baja aprobó con los votos necesarios los artículos en un debate que inició ayer jueves y concluyó hoy viernes cuando 23 demócratas presentes en el Comité levantaron sus manos para aprobar la imputación y 17 republicanos dijeron que no.
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A estas alturas nadie espera sorpresas. Más bien la apuesta se centra en cuál de las dos corrientes políticas ganará en la irradiación de opinión pública, porque ambas aceras quieren que la diatriba se convierta en votos en las venideras elecciones presidenciales de 2020.
Todo indica que el pleno, de mayoría demócrata, votará también a favor, convirtiendo a Donald Trump en el tercer presidente de la historia de Estados Unidos en sufrir un impeachment, cuenta que sale de excluir a Richard Nixo porque renunció antes del proceso.
Muy pronto el Senado derivará en jurado que, después de que se celebre un breve juicio político, decidirá sobre la destitución del 45º presidente.
En esta mesa de juegos no hay “ases bajo la manga”. Es más que definitivo que ninguna figura del lado demócrata vaya a convencer a 20 senadores republicanos para que sus voluntades lleven a una destitución del Presidente y en la mente conservadora Trump no ha cometido falta alguna.
El voto del Comité es el último paso antes de que la semana que viene el pleno delibere y vote si proceder o no con el impeachment, que pasaría entonces al Senado.
Justamente es ese escenario los demócratas tendrán que repetir los episodios que los han llevado a imputar a Trump, pero esta vez en un estadio donde existe mayoría demócrata como es el Senado.
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Los senadores progresistas tendrán la cuesta arriba tarea de demostrar que Trump abusó de su poder al presionar al presidente ucranio, Volodímir Zelenski, para que anunciara investigaciones sobre el precandidato demócrata y ex vicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter; y que después, cuando el Congreso procedió a indagar en las acusaciones, el presidente obstruyó la investigación de los legisladores, quebrantando la separación de poderes. Como defensa del presidente actuará el equipo de abogados de la Casa Blanca. Y serán los senadores, convertidos en un jurado extraordinario, quienes voten si se procede o no con la destitución.