Al menos nueve miembros de una comunidad mormona instalada desde hace varias décadas en el norte de México, fueron asesinados la tarde del lunes después de ser emboscados por un grupo de personas provistas con armas de fuego.
El ministro de Seguridad, Alfonso Durazo, confirmó que tres mujeres y seis niños murieron en el ataque. El funcionario dijo que el ataque podría haber sido un caso de identidad equivocada de “grupos en conflicto en el área”, informó CNN.
El ataque se produjo en el límite de los estados de Chihuahua y Sonora, y todas las víctimas fatales tenían dobre nacionalidad, estadounidense-mexicana.
Los fallecidos pertenecen a la familia LeBarón, cuyos miembros dijeron a los medios locales que tres madres viajaban con sus 14 niños desde un asentamiento mormón en la localidad de Bavispe, en el estado de Sonora, hacia otra localidad conocida como La Mora, en el estado de Chihuahua, reseño BBC.
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“Fue una masacre”, dijo a los medios Julián LeBarón, uno de los integrantes de la familia, quien confirmó que su esposa Rhonita y cuatro de sus hijos, dos gemelos de seis meses y dos niños de 8 y 10 años, están entre las víctimas mortales. Sospechan que fueron acribillados y que una de las balas alcanzó el tanque de combustible, lo que provocó la explosión del vehículo y su posterior incendio.
La “masacre”, como la describió Julián LeBarón, ocurrió cuando tres mujeres que viajaban en tres vehículos con 14 niños fueron emboscadas por un comando armado.
Otros miembros del clan LeBarón han señalado que ocho los menores sobrevivieron a la emboscada, pero habrían sido secuestrados por los atacantes, aunque fueron reportados como desaparecidos.
Lafe Langford Jr., un miembro de la familia, compartió en redes sociales un video del auto quemado con el siguiente mensaje: “Somos una comunidad de ciudadanos estadounidenses que viven y trabajan entre México y Estados Unidos, mientras estamos bajo el ataque de los carteles”.
“Hemos estado solicitando a las embajadas estadounidenses en México todo el día. Necesitamos que esto sea compartido y el mundo entero pueda presenciar los terribles actos inhumanos y brutales que se han cometido contra nosotros hoy”, agregó.
La prensa local informó que se desplegaron fuerzas de la policía y el ejército en la región donde ocurrió la masacre.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informó a través de Twitter que mediante la Mesa de Seguridad para la Construcción de la Paz en Sonora, se movilizó a las autoridades para dar seguimiento al caso. Mientras que el fiscal general, César Peniche Espejel, anunció un operativo por parte de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI).
La #SSPC informa a través de la Mesa de Seguridad para la Construcción de la Paz en Sonora que se instruyó el reforzamiento del estado de fuerza en Bavispe con motivo de las denuncias sobre la desaparición y agresión a varias personas que se desplazaban a La Mora. (1/2)
— Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (@SSPCMexico) November 5, 2019
La familia LeBarón
La comunidad fue establecida en la zona alrededor de 1924 por Alma Dayer LeBarón con varios miembros de su familia.
LeBarón se separó de los mormones en Estados Unidos y emigró a México.
Dos de sus hijos, Joes y Ervil LeBarón fundaron en 1955 la Iglesia del Primogénito de la Plenitud de los Tiempos y la comunidad, que prosperó en la región principalmente con la producción de nueces, vivió de forma aislada en la zona manteniendo el inglés como principal idioma.
Fue en 2009 cuando el nombre LeBarón llegó a los titulares de los medios mexicanos junto con los graves problemas de inseguridad por el crimen organizado en la zona.
Primero fue el secuestro de Erick LeBarón, de 17 años, por cuya liberación se exigió un millón de dólares.
La comunidad de los LeBarón anunció públicamente su decisión de no pagar el rescate y se manifestó tanto en medios nacionales como internacionales contra la creciente inseguridad de la región durante la llamada “guerra contra las drogas” que declaró el entonces presidente Felipe Calderón.
Así lograron que el joven fuera liberado. Pero meses después Benjamín, el hermano de Erick, y Luis Widmar Stubbs, otro miembro de la comunidad, fueron secuestrados y posteriormente asesinados.
Los responsables colocaron una manta frente a sus casas en la que indicaban que el asesinato era en respuesta al activismo de la familia contra la inseguridad.