Los cubanos residentes en Miami se apresuraron la semana pasada a enviar las últimas remesas a Cuba antes de que la empresa Western Union cierre el histórico flujo de dinero hacia la isla en atención a las sanciones económicas impuestas al régimen castrista.
El pasado 22 de noviembre fue el último día que Western Union recibió dinero para enviar a Cuba, dando así cumplimiento a una restricción del Gobierno saliente de Donald Trump, que fue anunciada pocos días antes de las elecciones del 3 de noviembre.
El sociólogo Guillermo Grenier, profesor de la Universidad Internacional de Florida (FIU) aseguró que los resultados de un sondeo indican que el 50 % de los cubano-estadounidenses residentes en el condado Miami-Dade envían con regularidad remesas a sus familiares en Cuba “independientemente de sus opiniones sobre el Gobierno cubano”.
Grenier realiza desde 1991 una encuesta de FIU sobre las políticas de Estados Unidos hacia la isla caribeña. Refirió que Western Union agrupa la mayoría de las remesas y posee 407 sedes en Cuba.
Al cierre de las operaciones de Western Union en la isla se suman las restricciones de vuelos hacia y desde territorio cubano que fueron impuestas por la administración Trump y las añadidas por causa de la pandemia. Toda esta situación profundiza la difícil situación para los cubanos en plena temporada navideña.
El catedrático de la FIU considera que como resultado de estas medidas el más perjudicado será el ciudadano común que habita en Cuba ya que no podrá abastecerse de comida, medicamentos o el financiamiento de algún pequeño emprendimiento.
“Ni el Gobierno cubano, ni los militares, ni las grandes empresas sufrirán la interrupción de los fondos de Estados Unidos. La verdadera víctima es el pueblo cubano”, puntualizó.
La mayor parte de las transferencias de dinero desde Estados Unidos a Cuba salen de Florida. Le siguen en la lista Texas, Nueva Jersey, Nevada y Nueva York, cuyas remesas llegan casi todas a La Habana, donde Western Union tiene 100 sedes.
Por su parte, el Consejo Comercial y Económico Estados Unidos-Cuba (CubaTrade) considera que el fin del envío de remesas se traducirá en el retorno de las llamadas “mulas” que viajan con dinero en efectivo. Ello significará una labor más ardua para las autoridades aduaneras y migratorias estadounidenses, especialmente en el Aeropuerto Internacional de Miami.
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Según datos de CubaTrade aproximadamente 1.800 personas viajaban (antes de la pandemia) diariamente en 12 vuelos desde el Aeropuerto Internacional de Miami hacia el José Martí de La Habana.
Los pasajeros querrán viajar con dinero en efectivo oculto o repartido entre varias personas. Esta informalidad, según explicó el profesor Grenier significa el resurgimiento de un mercado negro de transferencias no reguladas, más costosas y sin garantía de que los fondos lleguen a destino y además no hay manera de rastrearlas.
Para Grenier, en Cuba o Florida el envío de remesas ha sido una “historia de éxito para los cubanos” y aseguró que contrario a lo que se piensa, las remesas aportan pocos beneficios al Gobierno cubano.
Cada mes los cubanos en Estados Unidos realizan más de 240.000 transferencias individuales a la isla a través de Western Union.