Todos los niños inmigrantes no acompañados que se encontraban albergados en el centro de detención de Homestead, en el sur de Florida, fueron desalojados el pasado sábado 3 de agosto según información confirmada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos. La vocera de la agencia federal Evelyn Stauffer, precisó que los menores han sido reunificados con sus familias o alojados en otras instalaciones de tamaño menor autorizados por el Gobierno.
Las instalaciones destinadas para alojar a Niños Extranjeros No Acompañados (UAC en inglés), están situadas a 48 kilómetros al sur de Miami y son las más grandes del país según indicó un comunicado oficial.
Desde su apertura en marzo de 2018 el llamado “albergue” de Homestead ha sido criticado por activistas pro inmigrantes y legisladores demócratas. Se calcula que desde que iniciaron operaciones hasta la fecha de su desalojo han estado allí más de 14 mil niños y adolescentes que ingresaron a Estados Unidos de manera irregular y sin adultos que se ocuparan de ellos.
Stauffer confirmó que el centro de Homestead quedó con una capacidad reducida de 2.700 a 1.200 camas en caso de que se requiere usarlo de nuevo. Mencionó que una posible razón para que menores regresen al centro de Homestead, es que se produzca un aumento importante del número de detenidos tras ingresar de forma ilegal a Estados Unidos o que se presenten situaciones de emergencia.
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La decisión de trasladar a los niños a otros centros de detención del país se tomó tras conocerse que una onda tropical afectaría el sur de la Florida. El mal tiempo activó el plan de emergencia ante huracanes del centro y un portavoz de la institución indicó que trasladarían a todos los niños por lo menos cinco días antes de que el sur de la Florida estuviera en el cono de probabilidad, según información de El Nuevo Herald.
La determinación de desocupar el centro de Homestead ocurrió de forma simultánea a la notificación que hizo la HHS a los legisladores de Florida sobre la posibilidad de ubicar posibles asilos permanentes en la zona central de la Florida, así como Virginia y Los Ángeles, donde vivirían los niños inmigrantes que llegan al país sin acompañantes. El mes pasado el Gobierno dijo que estaba considerando otros sitios como Atlanta, Houston, San Antonio, Dallas y Phoenix.
En las últimas semanas la población del centro disminuyó apresuradamente a medida que se acercaba la temporada alta de huracanes. Hace un mes las instalaciones albergaban a unos 3 mil niños y adolescentes; a principios de la semana pasada quedaban menos de 500. Para cumplir con las normas de seguridad, el Gobierno debió reducir la población a 1.200, y para evacuar en caso de tormenta tropical o huracán, esa cantidad tuvo que reducirse en 700.
El cierre del centro de Homestead era reclamado por organizaciones pro inmigrantes y de derechos humanos, así como por congresistas del Partido Demócrata, que lo visitaron en numerosas ocasiones.
Medios locales dijeron que los menores fueron subidos en autobuses que salieron del lugar entre la 1 de la madrugada y las siete de la mañana del sábado.
Los mismos medios destacaron que más de 4.000 personas que trabajaban en el centro quedaron sin empleo, pues solo van a permanecer contratadas unas 130 personas para encargarse del mantenimiento de la propiedad.