Los críticos creen que podría ser reprochable crear una tradición sacrificando otra. En vísperas de la celebración del ducentésimo cuadragésimo tercer año del Día de la Independencia de los Estados Unidos, la nación está en ascuas y desea saber si el anuncio de Trump en torno a cambiar el tenor de la festividad será concretado.
El 4 de julio marca la firma de la Declaración de Independencia en 1776, en la que el país proclamó su separación formal del Imperio británico. Desde sus inicios ha sido una fiesta de la nación y no una vitrina para parcialidades políticas.
Muchas especulaciones han aflorado. Una de ellas: La campaña electoral por la relección. La consideración busca su forma en el proselitismo, debido a que desde hace algún tiempo se viene tentando la posibilidad de hacer un desfile el 4 de julio o en los alrededores de esa fecha. Pero más allá de lo que ya se hace el evento quiere incluir un “discurso del Presidente”.
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Y fue precisamente en una oportunidad de febrero de este año cuando el Jefe de la Casa Blanca asomó que los cambios “podrían convertirse quizá en una tradición” y dijo que está evaluando posibles lugares para acogerla, como por ejemplo “el monumento a Lincoln”, situado en el centro de Washington y que históricamente ha sido la sede de numerosos actos y manifestaciones.
“Creo que podría ser un día muy emocionante. Los fuegos artificiales ya están allí, así que nos ahorramos los fuegos artificiales”, indicó, y añadió que el para entonces secretario interino de Interior de EEUU, David Bernhardt, ya está examinando el tema.
Y fue así como con rigor propagandístico Trump utilizó su cuenta del pajarito azul para advertir al pueblo: “RESERVEN LA FECHA”, escribió el mandatario en Twitter, donde contó que el evento llevará por nombre “Un homenaje a Estados Unidos” y se celebrará en el extremo occidental del National Mall. “Gran exhibición de fuegos artificiales, entretenimiento y un discurso de su presidente favorito, ¡yo!”
Algunas confusiones
Es cierto que Donald Trump abandonó su idea de un gran desfile militar en Washington, pero se persiste desde la Casa Blanca en promover una campaña de intriga que tiene como centro al presidente Donald Trump quien recientemente anunció que para el Día de la Independencia, el 4 de julio, celebrará “uno de los mayores” eventos en la historia de la capital estadounidense.
Para los residentes de la capital de la nación las palabras de Trump crearon la idea de que se estaba a las puertas de celebraciones paralelas. ¿La causa del desconcierto?: Desde hace muschos años atrás en tradicional que Washington realice anualmente un desfile que recorre la céntrica Avenida de la Constitución cada 4 de julio, además de un concierto gratuito y fuegos artificiales en el National Mall, la explanada en la que se encuentra el monumento a Lincoln.
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Lo cierto es que en el mundo de lo posible –más en un difícil año electoral- Trump intente sacar partido proselitista a la fecha patria e introduzca lo único que hasta el momento sería tanto discordante como novedoso: Un discurso del Presidente de los Estados Unidos, en el marco del Día de la Independencia, pero en año electoral.