El presidente del Consejo, Darrell Clarke afirmó que es necesario “conversar” sobre la aplicación del sistema policial stop and frisk. También recomendó un cambio en el nombre del procedimiento por poseer “una connotación negativa”.
“A fin de cuentas, hay muchos ciudadanos en las calles de Filadelfia que preguntan: ´¿Cuándo vamos a considerar el stop and frisk de una manera constitucionalmente promulgada?’”. dijo Clark.
Sin embargo, el camino para su aplicación no es tan expedito. En 2011, la ACLU de Pensilvania llegó a un acuerdo con la ciudad de Filadelfia que determinaba que el Departamento de Policía de Filadelfia (PPD) debía recopilar datos sobre el procedimiento.
Adicionalmente, un informe de la misma organización, esta vez de 2020, mostró que los afroamericanos son los más propensos a ser detenidos y cacheados por la policía de Filadelfia.
En una muestra aleatoria elegida entre octubre y diciembre de 2019, el 71% de los peatones detenidos en Filadelfia eran de color, según el informe. El 18% de esas personas detenidas y el 39% de los cacheados lo fueron ‘sin sospecha razonable’.
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“Lo más alarmante es que la ACLU sigue identificando disparidades raciales en el stop and frisk del PPD los afroamericanos constituyen el 41,55% de Filadelfia, pero representan el 70,42% de las detenciones y el 80,21% de los cacheos”, señaló la Comisión Asesora de la Policía de Filadelfia en su revisión de noviembre de 2020 de las “investigaciones sobre peatones”.
Aplicación cuestionada
Robert Kane es profesor y director del departamento de criminología y estudios de justicia de la Universidad de Drexel. Es escéptico respecto a la posibilidad de que la detención y cacheo se utilice constitucionalmente.
“¿Se puede tener una política de control de la delincuencia de stop and frisk que sea constitucional? Es difícil saberlo, para ser honesto, porque francamente aún no he visto ninguna”, afirmó Kane para NBC Philadelphia.
Por su parte el alcalde Jim Kenney al referirse a la implantación del controvertido método policial expresó que “no está dispuesto a retomarlo”.
Mientras las autoridades revisan tácticas para detener la violencia, las estadísticas continúan mostrando un panorama sombrío para los residentes de Filadelfia. Según registros del PPD hasta el 5 de julio se habían producido al menos 268 asesinatos en la ciudad.