La violencia armada en Filadelfia ya es endémica. Algunos caen muertos, pero un grupo mayor sobrevive a las heridas de bala. De acuerdo a un estudio realizado por la Escuela de Medicina de Penn los supervivientes enfrentan severos problemas de salud física y mental, pero curiodamente su rescate es mucho más fácil que el de víctimas de accidentes de tránsito, por ejemplo.
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La periodista Marina Gialanella del The Daily Pennsylvanian, aseguró que los investigadores recabaron datos que indican que los sobrevivientes son proclives a enfrentar un mayor riesgo de desempleo, abuso de alcohol y drogas y trastorno de estrés postraumático años después de que sus lesiones físicas sanan.
El estudio, que aparece en la edición del 20 de noviembre de JAMA Surgery, analizó a 183 pacientes de heridas de bala que habían sido trasladados al centro de trauma de Penn. Los investigadores encuestaron a los participantes y compararon sus vidas antes y después de recibir un disparo.
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“Cuando se trata de armas, nosotros, como sociedad y como investigadores, prestamos mucha atención a las muertes. En eso se centra a menudo la indignación del público. Pero lo que no se captura son las personas que sobreviven”, dijo el autor principal Michael Vella al Washington Post. “Lo que encontramos es que estos pacientes se enfrentan a problemas de salud física y mental a largo plazo que no desaparecen con el tiempo”.