La naturaleza conflictiva del presidente Donald Trump es un punto de atención de sus correligionarios republicanos, quienes están preocupados debido a que estiman que el Jefe de Estado podría consumirse en la vorágine del juicio político y desatienda su agenda de trabajo presidencial.
El asunto es un tema, debido a que Trump de manera natural se siente cómodo en las confrontaciones y hay evidencias de que las provoca para dejar en claro a sus relacionados y adversarios que ese es su espíritu.
De acuerdo a un reporte de Alexander Bolton, un periodista que sumerge sus talentos en las densas capaz del poder en Washington, un número no pequeño de senadores republicanos quieren que el presidente Trump se concentre más en su agenda y que no se deje consumir personalmente por la investigación de destitución de la Cámara de Representantes, que es probable que llegue a un callejón sin salida en el Senado.
No obstante el combate de sus correligionarios no es contra las circunstancias sino con la personalidad del mandatario, quien a veces se muestra impredecible o desatiende los consejos que sus asesores le brindan.
Los congresistas creen que Trump debería manejar el asunto del impeachment, con la misma calibración con que la hizo el expresidente Bill Clinton.
Para los republicanos el modelo del demócrata es un ejemplo a seguir. Durante el juicio político del que salió airoso, dejó el trabajo menudo y los escenarios donde se requería en el fragor los encuentros “cuerpo a cuerpo” a su cuerpo de legisladores. Clinton no dejó de atender su agenda presidencial ni se trenzó en diatribas con sus “perseguidores”.
Los senadores republicanos han instado al presidente en múltiples ocasiones a que se concentre en las principales prioridades políticas y a que sus aliados en el Capitolio manejen más de la escaramuza diaria por el juicio político, según fuentes del Partido Republicano familiarizadas con las comunicaciones con el presidente.
Quien propuso el ejemplo de Clinton fue el senador Rob Portman (R-Ohio) durante durante una reunión entre Trump y los senadores republicanos en la Casa Blanca que se realizó a finales del mes pasado. En aquel momento instó al presidente a seguir el modelo de cómo el presidente Bill Clinton manejó el juicio político en 1998 y 1999.
El senador republicano, que es asesor del líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), instó a Trump en la reunión del 24 de octubre a mantener su atención en la agenda y a dejar que los legisladores republicanos hagan más de lo que hacen para luchar contra la campaña de destitución de los demócratas.
Los comentarios del senador reflejaron la creencia de muchos senadores republicanos de que el público se preocupa más por temas como la fortaleza de la economía, la atención médica y la seguridad nacional que por el juicio político.
“La estrategia de doble vía sería una mejor estrategia. Se lo han dicho varias veces. Deja que nos preocupemos por el juicio político, ese es nuestro trabajo. Usted se preocupa por su trabajo”, dijo una persona familiarizada con las comunicaciones entre los senadores republicanos y el presidente.